Edgar Rodarte. Tallerista LJ, Escuela Vocacional, 2018A
En muchas ocasiones, la literatura da lugar a obras que son de más gusto para el público en general, como las películas o los videojuegos. Si bien lo normal es que la literatura inspire a desarrolladores y productoras de videojuegos a realizar éstos, también es posible que suceda lo contrario. Una de esas excepcionales ocasiones es Bioshock.
Bioshock es un videojuego de acción en primera persona en que los jugadores controlamos a un personaje cuya identidad desconocemos y, luego de que el avión en que viajaba se desplomara y cayera al mar, encuentra refugio en un faro, el cual lo lleva a una escotilla que lo sumerge hasta una ciudad subacuática llamada Rapture. El creador de dicha utopía es un hombre visionario, de nombre Andrew Ryan, que rechazó las ideologías políticas reinantes de ese entonces y decidió construir su propia ciudad. Sin embargo, y a pesar de lo positiva que lucía la idea, la urbe decayó y el poblado se volvió loco. La misión de los jugadores es descubrir por qué sucedió esto, mientras matamos a los "splicers", como se nombra a los locos habitantes, con ayuda de las armas y los plásmidos (poderes que tenemos al alcance de la mano, literalmente) que vayamos encontrando conforme avancemos en el juego. No estaremos solos, pues seremos guiados por Tony Atlas, un personaje que nos dará instrucciones a través de una pequeña radio y de paso nos pedirá que salvemos a su familia.
La obra literaria en la que se inspira este juego es una novela escrita por John Shirley, ganador del premio Bram Stoker, otorgado a escritores del género de horror y suspenso. En ella, el autor habla de los sucesos precedentes a los mostrados en el videojuego, por lo que nos volveremos testigos de la filosofía de Andrew Ryan, y todo lo que hará para crear la ciudad, sin notar los fallos que sus propias ideas tendrían, y las consecuencias que traerían no sólo a él sino a toda una comunidad de personas, tanto ricas como pobres.
El videojuego puede encontrarse, por lo general, de segunda mano, para las consolas Xbox 360 y PlayStation 3, a un precio no mayor de 400 pesos. El libro, por su parte, sólo se puede conseguir en inglés en físico de este lado del “charco”, pues su traducción al español solo se distribuye en España. Es cuestión de bajarlo de internet o bien, tomar un avión al viejo continente y comprarlo.