«Toda poesí­a es respuesta»: Luí­s Filipe Castro Mendes. Silvia Eugenia Castillero / Ví­ctor Ortiz

«Toda poesía es respuesta»: Luís Filipe Castro Mendes. Silvia Eugenia Castillero / Víctor Ortiz Partida


En una de las colinas que dan forma a la ciudad de Lisboa, en el barrio de Ajuda, se encuentra el Palacio Nacional, construcción rococó del siglo xix con una imponente fachada neoclásica. Los pasillos largos y amplios —laberínticos— que vamos recorriendo al interior nos provocan incertidumbre. Minutos después de nuestra llegada, aparece Luís Filipe Castro Mendes, poeta, periodista, licenciado en Derecho y actualmente Ministro de Cultura de Portugal.
      Afable y sonriente, conversa con nosotros. Luego de ser publicada su obra completa, Poemas reunidos (2018), los temas que guían la entrevista son la poesía y el arte.

¿Cómo llegó a la poesía?
      La poesía la escuchaba de niño. Mi padre me leía poemas. La música de las palabras me encantaba y también aprendí a leer muy temprano. Me encantaban las letras, de manera que creo que me encantan el sonido y la música de las palabras. Siendo apasionado de la lectura, la poesía la encontré muy temprano. Desde muy temprano me encontré con la poesía y con la lectura, y por eso doy tanto valor al aspecto musical de la poesía.

¿Cómo encara un poeta la realidad social de un país?
      Toda la poesía es una protesta contra la indigencia de las palabras. Una gran poeta portuguesa lo ha dicho: «El poeta busca la palabra justa». Por eso busco un mundo justo, porque la justicia está en el ser. Cuando buscas la palabra justa también aspiras a un mundo justo.

Usted también escribe prosa…
      He escrito una novela.

¿Por qué razón su relación más profunda es con la poesía?
      Porque es lo que sé hacer mejor.

¿Cree que un poeta puede gobernar mejor?
      Platón lo decía, pero creo que la historia no concuerda con la previsión. Aunque se ha dicho que los poetas deben ser los elegidos, creo que lo que se quiere decir es que el gobierno debe ser creación. No debe ser solamente una rutina, no puede sólo acompañar los hechos. El gobierno de la ciudad debe transformar. Debe ser un gobierno que no intente ajustarse a los mandos, pero con todo realismo y sin ilusiones para hacer un trabajo de transformación. Un trabajo de transformación y luego un trabajo de creación. Solamente así veo la razón de los poetas en el gobierno de la ciudad, porque, en realidad, Platón, cuando lo decía, pensaba en los tiranos. Se refería más que a los poetas a los filósofos para gobernar.
      Lo que creo es que el poeta es un ciudadano y que, como los otros ciudadanos, tiene su función, y como para mí la poesía es la respuesta a situaciones de vida, es una construcción de verdad que tiene que ver con las circunstancias. Toda poesía es respuesta, por eso el poeta termina respondiendo con su poesía a la injusticia del tiempo que vive. Esto no quiere decir que la poesía tenga que ser comprometida, sino que toda poesía se confronta naturalmente con la realidad.

¿En algún momento ha habido una confrontación entre su labor poética y la diplomática?
      No, porque son dos trabajos muy distintos. Aunque en ambos tienes que utilizar la palabra justa. En la diplomacia yo diría que no hay sinónimos: si dices «la conversación fue franca» o «la conversación fue abierta», quieres decir cosas distintas. En el lenguaje diplomático, cuando escuchas una cosa ya traduces el estado de la situación. En la poesía tampoco hay posibilidad de cambiar una palabra por otra. Por eso podemos encontrar similitudes entre poesía y diplomacia.

Tiene usted quince libros de poesía y acaba de publicar su poesía reunida. Después de todos estos libros, ¿sigue escribiendo?
      Yo espero que sí. En este momento no estoy escribiendo mucho. He escrito desde niño, aunque tuve, por ejemplo, diez años en los que no escribí. Ahora tengo una actividad que me absorbe por completo, pero mi intención es seguir escribiendo.

¿Cuáles son sus temas en la creación literaria?
      La poesía no tiene temas, tiene circunstancias. No se hace porque debe hacerse. Tuve la experiencia de escribir la novela. Cogí elementos y escribí de manera más continuada: te sientas, corriges elementos, tienes ideas que pones en práctica y es un trabajo más continuado. La poesía es diferente. Es una cosa que construyes, que vas trabajando, tienes más piezas que luego organizas. Si hoy escribo una novela, puedo decirte que tiene como tema el siglo xviii y las relaciones de los portugueses del siglo xviii. Si escribo un ensayo, puedo decirte que es sobre las relaciones de los trabajadores. Pero con la poesía es diferente.

Sí, pero hay poetas que escriben libros con un hilo conductor y otros que escriben el poema como finalidad…
      Yo soy más de los segundos. En este momento tengo seis poemas, pero no he escrito ningún libro. Sí hay poetas que escriben libros por temas, pueden hacerlo. Pero todos mis libros contienen poemas muy distintos. Claro que hay temas en mi poesía, pero son muchos temas.

En el contexto de la poesía de Portugal, ¿usted se considera dentro de lo tradicional? Porque me he dado cuenta de que hay una rama experimental muy importante...
      Yo no me considero un poeta tradicional, aunque use mucho las formas tradicionales. Me apuntan junto a los poetas que buscan seguir las tradiciones, pero a mí me gusta mucho trabajar con la gente, con el clima. No me identifico con la línea tradicional, aunque tampoco soy un poeta futurista, no tengo afinidades con la poesía experimental.

Como poeta ¿cómo vive la figura de Pessoa?
      Es muy importante para todos nosotros. Todos los que escribimos poesía, de alguna manera, tenemos una relación con Pessoa. En lo personal, su descubrimiento fue importante para mí, porque vivía muy ligado a los textos tradicionales. Toda su obra es algo extraordinario. Poco a poco lo fui descubriendo.

Su relación con la poesía brasileña…
      Soy muy lector de la poesía brasileña. La conozco muy bien. He vivido en Brasil algunos años, por un intercambio. Entre poetas tienen mucha comunicación; no es el gran público, pero entre ellos saben lo que se hace.

¿Cómo considera la relación de la poesía portuguesa con la narrativa?
      La poesía en Portugal se edita con dificultad. Es evidente que la novela se edita más, aunque no quiere decir que sea menos. Podemos tener libros con tirajes muy interesantes, si lo comparas con el nivel europeo, aunque ahora es más difícil publicar poesía en comparación con la ficción, en principio porque vende menos. Hay mucha gente que lee poesía en Portugal, y en otros países a los que he ido; por ejemplo, en Francia se lee mucho menos poesía que en Portugal. No la gran poesía clásica, por supuesto. Hay muchos problemas, por ejemplo, con la poesía más joven. No es fácil, aunque tengamos buenos editores.

¿Cómo define usted Portugal?
      En realidad, Portugal es el país en el que se creó esta lengua que hablamos, la lengua portuguesa, que sale del latín. Es esa lengua que nos constituye. Toda la literatura de la lengua portuguesa tiene una cosa en común: todos nosotros, brasileños y portugueses, estamos trabajando el mismo material, aunque haya, por ejemplo, rimas en Brasil que no lo son en Portugal. La rítmica es distinta porque la pronunciación es diferente. La lengua es la misma. Todos los escritores de la lengua portuguesa están trabajando el mismo material.

Para usted ¿la lengua define a este país?
      Yo creo que las lenguas son utilizadas por diferentes pueblos, por lo tanto expresan culturas distintas. La cultura portuguesa es una de ellas, la británica es otra. Ahora bien, hay la comunidad de la lengua, y es fatal que haya una evolución. Por ejemplo, en Brasil y Portugal tenemos movimientos literarios completamente desfasados. En Portugal, el movimiento de 1915 y en Brasil el de 1922, y los del 22 no conocen prácticamente a los novelistas portugueses del 15. En los años treinta hay una conexión, la gran novela brasileña y la poesía entran a Portugal. Y hacen antologías, en Brasil, de Portugal. Pero hay mucho desconocimiento mutuo de los modernismos, tanto del portugués como del brasileño. De cualquier manera, ¿por qué el poeta brasileño tiene que conocer la poesía portuguesa? ¿Por qué el poeta americano tiene que conocer a los grandes poetas ingleses? ¿Por qué el poeta mexicano tiene que conocer la poesía española? Porque la lengua se comparte, y eso hace que todo poema sea un diálogo con los otros pueblos. En nuestro caso, tenemos confrontaciones con los brasileños.

¿Los brasileños han renovado la literatura portuguesa?
      Muchísimo. Tanto la literatura como la lengua portuguesas. En mi opinión, Grande Sertão hizo la gran revolución literaria en la lengua portuguesa.

¿Qué influencia tiene la literatura africana en la portuguesa?
      Hay escritores africanos que son muy leídos, editados y conocidos en Portugal. Y, por supuesto, tienen mucha influencia sobre los escritores portugueses.

¿Y en su poesía?
      Me encantan los temas africanos. Tengo muchos poemas escritos durante los viajes que hice por África, aunque no tengo influencias de los textos africanos. Yo creo que lo más interesante en la literatura africana se encuentra en los novelistas. Aunque hay poetas angoleños que son muy buenos.

¿Cómo ha modificado su concepto de cultura el hecho de ser poeta?
      La cultura es mucho más larga que la poesía. La poesía es muy importante. Trabaja sobre el lenguaje, se encarga de la renovación del lenguaje, quiere más conciencia crítica de sí misma y contribuye a la capacidad crítica. Porque es la manera de descubrir el lenguaje, la lengua. No solamente es un medio de comunicación, también ayuda a comprender el mundo. Para mí, el concepto de lectura es más vasto que el concepto de poesía. Se puede pasar del concepto de poesía al de literatura para construir en las personas por medio de la educación, de la escuela, porque tú no construyes un ciudadano crítico y capaz de entender los matices si limitas el estudio de la lengua a la comunicación y no al valor estético, al valor imaginativo y al valor creativo que conlleva la literatura.

¿Quiere agregar algo para los lectores latinoamericanos?
      Quiero agregar que la poesía latinoamericana y la portuguesa tienen mucha relación. A veces no se conocen como deberían, pero los movimientos literarios son muy cercanos. Es muy importante que nosotros conozcamos lo que se escribe en Latinoamérica. Esperamos que en Guadalajara se dé la oportunidad de dar a conocer nuestra poesía con el público mexicano y el de Iberoamérica.

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