Preparatoria 7 (UdeG)
Cuando la imaginación vuela
y el lápiz cae
imprimimos nuestros sentimientos
para que los ciegos la lean.
Pero, ¿por qué hacerlo?
Si a nadie le interesa,
lo hacemos para sentirnos vivos,
para que sientan los mortales
y su alma reviente
de gozo y alegría.
Escribimos en medio de la oscuridad,
cuando los nervios se tensan,
hasta cuando nos ilumina la vida,
por el placer que nos invade.
No esperamos nada a cambio,
sin embargo,
lo que te haga sentir
es lo que esperamos.
Porque sentir
nos hace de la vida
valer todas las palabras del mundo.