Guadalajara, Jalisco
Me ahogo… de ti, de tus caricias, de tus besos y de tus sonrisas
que se funden en mis labios.
Me estremeces como un sismo a la tierra que se abre,
que traga tempestuosamente hasta saciarse.
… Me inundas como la tormenta al río.
Me derrito en tus palabras, muero… lentamente.
Expiro bajo el deseo de tenerte así…
junto a la muerte.
Resucito: ¡Es un milagro!
Tú, frente a mí, como redentor
bajo un manto estelar,
cierro los ojos… comienzo a llorar.