Preparatoria 6 / 2017 B
Recuerdo aquella noche, fue hace dos años, para ser preciso: el 20 de junio del 2015; ese día fuimos a una fiesta. Al salir de esta, caminamos hacia casa porque era tarde. Durante el trayecto no dejabas de mirarme, sabías que me pasaba algo, ya que no te hablaba ni te miraba; aun así, me preguntaste si me pasaba algo: mi respuesta fue un frío no. Creaste esa sonrisa vanidosa que tanto odiaba. Te acercaste a mí. Desprevenidamente me rodeaste con los brazos y dejamos de caminar un instante. Traté de zafarme de tus brazos y al primer intento lo conseguí. Seguí caminando, dejándote atrás; eso te molestó y no te volviste a acercar a mí. Hasta el día de hoy no entiendo por qué te molestaste aquella noche; no tenías motivo de hacerlo, al contrario, yo era quien debía estarlo, durante toda la fiesta estuviste con una de mis amigas, bailando, abrazándose, y no se separaron en ningún momento –hasta te atreviste a besarla en frente de mí.
Era la chica de la que se suponía estabas enamorado, de la chica que era tu mejor amiga. Así es, era, porque ya no lo soy. Esa noche dejé de ser alguien importante para ti. Esa noche fue nuestro fin.