Preparatoria 6 / 2017 B
Al ver por la ventana en una noche en la que me sentía especialmente melancólica lo noté, me di cuenta de que por las noches se nota con más fuerza aún la soberbia del humano.
Cada noche, en la mayoría de lugares habitados por humanos, aparecen pequeños puntos de luz en medio de la oscuridad nocturna. Cuando se mira al cielo, si la contaminación te lo permite, se ven las estrellas, bellas y olvidadas. En ese momento, mi vista se desliza de una a otra con horror, como si el humano intentara crear sus propias estrellas. ¿Será acaso que el ambicioso humano pretende superar y opacar la belleza de la vista celestial? ¿O será acaso que contamina al mundo para que su propia luz dé apariencia de ser la más majestuosa?
Entre cielos y tecnologías comencé a sentir desprecio por mi raza, aquel animal que dijo ser superior por tener una racionalidad que, ante mis ojos, se ha quedado en el olvido de este mundo.