Cuando mi padre
me enseñó a usar una pistola
tenía 26 años
mucho miedo.
Tiramos desde la azotea
hacia un lote baldío,
habías colocado un enemigo,
plástico frágil.
Tú pensabas una herida
dos heridas
tres heridas
y yo
miraba la calle,
miraba el interior
iluminado de las casas
algunas palpitaciones
luces amarillas y blancas,
hasta el fondo
miedo
como el mío
las ansias
brote de coágulos en la tierra
el silencio del terregal
empolvando las lámparas públicas.
Te dije no
quiero lastimar a nadie
y dijiste dispara,
te dije no
y dijiste dispara
no quiero
que te lastimen.
Las manos temblando
zumbido en el oído izquierdo,
no pude escuchar
cuando dijiste
otra.
Leí en tus labios,
la tristeza y
el coraje
y otra
y otra
y otra.
Y yo pensaba en la sangre
y yo pensaba en las películas que no soy
pensaba no
las películas que son yo
tirando de un arma,
pensaba mi padre
concéntrate en el plástico
apunta,
ojalá fuera un plástico
solamente,
pensaba 7 balas 7.
Tiré 6 veces y tú una
siete veces siete balas
Siete.
Cargué el arma,
colocar una a una las lágrimas pesadas y doradas
oro de sangre
oro zumbido
oro de sangre
oro llanto
oro de sangre
oro doradamente oro
fríamente
rígido oro.
7 balas como 7 veces 7
7 enemigos que no tengo
7 veces insististe en que saber
es cuidarme, 7 años tuve
nunca tanto miedo,
26
una azotea
mi padre diciendo
el miedo no sirve
y yo
llanto.