hay un punto en el cielo justo encima de nosotros pasan los segundos el punto crece ante nuestros ojos la figura adquiere forma era un punto es un cuadrado (ahora) un rectángulo acaso no es sólo una superficie es un volumen un prisma (cuelga de unos cables) es el contenedor (cuelga de un paracaídas) lo vemos caer vemos al contenedor caer una vez más como hace una semana como hace dos semanas como— vemos al contenedor caer (otra vez)
hubo una historia (antes de que nos trajeran) no importa ya hubo eso que llaman— (tal vez) eso— hubo eso que llaman— nos depositaron aquí volveremos por ustedes dijeron (al parecer) mientras tanto este lugar— nosotros en este lugar no olvidar aquel lugar (antes) un día volverán por nosotros (se dice) observar las enormes praderas (mientras tanto) mirar el cielo a veces un punto ahí oír el sonido del viento que peina la hierba el viento mece nuestro pelo
el contenedor ya en el piso como hace una semana como hace dos semanas como— nos acercamos (con cierto entusiasmo) (a veces hay sorpresas) ahí está todo lo de siempre con alguna variación (nos gustan las variaciones) cuando algo es distinto gritamos probablemente de alegría (nos gustan las sorpresas) pero esto no ocurre siempre una vez— ah aquella vez no hay novedades importantes no gritaremos (hoy) beberemos algo miraremos la hierba peinada por el viento algún día volverán se verá un punto en el cielo entonces no sólo caerá un contenedor (tal vez)
volveremos por ustedes dijeron se marcharon caminando los vimos desaparecer (detrás de la colina) en ese entonces éramos otros (éramos más) qué tiempos aquéllos qué tiempos— hay agua muy cerca (dijeron) días después la encontramos el lago no es un lugar que nos guste a veces nos acercamos demasiados ruidos demasiados sonidos es como si el lago nos pidiera irnos mejor aquí en este lugar aquel lugar ya— cierto lugar en otros tiempos— cuando vuelvan por nosotros les contaremos los ruidos del lago mejor el silbido (del viento)
un punto todo lo que se acerca (a este lugar) un punto (al principio) lo que cae del cielo lo que aparece detrás de la colina lo sabemos por aquella vez— hablemos de aquella vez apareció uno de nosotros tuvimos miedo descubrimos que era uno de nosotros (después) me dejaron detrás de la colina dijo camina en aquella dirección dijeron dijo le preguntamos cuándo vendrían (por nosotros) dentro de poco eso dijo eso le dijeron (tal vez) era un punto en el horizonte fue creciendo hasta que sus rasgos se volvieron visibles no teman ellos me trajeron gritó habló de ellos sabíamos que no mentía por la manera en que hablaba (de ellos) después de todo nadie puede llegar a este lugar no sin que lo traigan (ellos)
pasar la tarde bajo los árboles a veces la pradera es— demasiado— hacia el norte la colina hacia el sur la planicie (sin fin visible) hacia el este los árboles hacia el oeste— si se camina suficiente— se encuentra el lago hemos hablado del lago intentamos instalarnos en sus orillas hasta que— eran los ruidos los sonidos pero también el agua las propiedades del agua su densidad no permite que los objetos floten el cuerpo— todo se hunde en el fondo están algunos de nosotros (tal vez) cuando ellos vengan se lo pediremos busquen sus cuerpos los enterraremos en otra parte debajo de los árboles (acaso) ahí podrán oír el viento cuando sopla es una manera de decirlo el viento no mece el pelo de los muertos
este lugar transforma lo vertical se vuelve insoportable (salvo los árboles) (será por las ramas) tal vez por eso hemos ido encorvándonos algo tendrán que ver las cuevas son anchas pero bajas algunos días decidimos no abandonarlas (se está bien ahí) el tiempo pasa más rápido a menos que— el peligro es no oír no oírlos la idea nos aterroriza ellos en el lugar (buscándonos) la pradera vacía (sin nosotros) el desconcierto primero la resignación después algunas miradas confundidas luego el movimiento ése (los hombros que se elevan) entonces el abandono mientras nosotros reímos y lloramos en las cuevas (ya para siempre) sin saber que arriba— algo más que un contenedor ese miedo esa incertidumbre pesa tal vez sea eso tal vez por eso hemos ido encorvándonos
hacia el este los árboles (dijimos) detrás de ellos— la encontramos en una de las primeras exploraciones luego de internarnos unas horas (en el bosque espeso) ahí silenciosa detenida en el tiempo intacta y no como si nadie la hubiera tocado (salvo el viento) al principio no entendíamos seguimos sin entender (en realidad) la planta construcción industrial (enorme) (impasible) justo en medio un claro de bosque ella ahí tuberías cilindros formas (en el espacio) conjunto de volúmenes
apenas herrumbre pero todo intacto su presencia en un claro de bosque ahí (inexplicablemente) por un tiempo dejamos las cuevas nos instalamos en esos espacios (enormes) entre maquinarias (incomprensibles) al principio nos parecía una mejora luego resultó intolerable esa sensación— el miedo (se aloja en las cavidades del cuerpo) entre nosotros una convicción volver a las cuevas designábamos un vigilante por si ellos— el problema era otro el lugar mismo la sensación el sonido de los árboles bailando (por las noches) los murmullos en la zona desconocida el denso bosque del este (que sigue al claro) una planta industrial la duda no sabíamos si el sonido del viento— acaso en aquella zona— (un tono distinto)
ciertas épocas del año los buenos tiempos tirarse en la pradera cerca las cuevas cerca la zona de los aterrizajes un punto intermedio (sentir confianza) (por una vez) el viento fresco lamiendo nuestros rostros (secando nuestras lágrimas) pero a veces— pensar en la planta pensar en la zona inexplorada mirar en todas direcciones la esperanza— un punto que aparezca un punto uno que crezca uno que sea ellos (uno de ellos) alguien que al fin— el tiempo ha pasado sin que nadie— estar aquí a la espera cada vez más tiempo acumulado el viento ya no suena acaso nos hemos acostumbrado (al silencio) no suena pero mece (los pelos) vuelvan antes de que nos borre el viento
visitar la planta qué hacer ahí quieta como siempre (cuando la vemos) volúmenes función indescifrable la planta parece— para qué una industria para qué aquí (entre los árboles) leña amontonada en el perímetro será por eso que estamos aquí será por eso que aquí— el claro efecto de la devastación (tal vez) saber (imposible) hemos pensado volver entender no sabemos bien por qué madera sobra (eso parece) pero en las noches— ese sonido un silencio— distinto (en todo caso) el temor un punto que aparece crece no ellos un punto convertido en silueta alguien acercándose un grupo ellos— otros ellos acaso los dueños (de todo esto) primero la sorpresa luego— no más muertos ellos— muertos que no flotan en el fondo del lago (tal vez)
nuestra voz esta voz uno que habla otro que añade no importa quién no se distingue los días de pradera comienza uno le sigue otro (y otro) entonces la voz como un canto hablamos al principio un zumbido luego un murmullo entonces la voz (nuestra) cuando él— ya no es él es nosotros sonaba extraño luego— un día volvió la voz como un canto permanente las notas júbilo a veces tristeza otras tal vez lo extrañemos cuando ellos lleguen (si llegan) ya no tememos los días de las cuevas sabemos— una nota un cierto tono cuando ellos lleguen (si llegan) lo sabremos una disonancia si— entonces— pero— es como si aprendiéramos-— es como si con el tiempo— lo somos ya la voz del viento
antes— ha pasado el tiempo antes ahora el tiempo cada vez más los contenedores cada vez menos las sorpresas escasas aunque los del lago— apenas nosotros menos gritos menos alegría es como siempre un punto en el cielo lo vemos caer no evitamos la sorpresa ellos— ningún mensaje ninguna señal así son ellos dueños del tiempo (tal vez) y nosotros— las provisiones el contenedor pasaron semanas en el bosque cazar no nos gustaba matar no importa ahora ellos— dueños del tiempo estarían orgullosos (o no) tal vez no importe nosotros aquí al norte la colina al sur la planicie (sin fin visible) al este los árboles al oeste el lago (y nuestros muertos)
desde la planta en el bosque figuras hemos creído ver siluetas blancas entre los árboles de madrugada primero la sensación la creencia eran ellos pero no no eran otros ellos otros apenas trazos dibujos en el viento o acaso— será que la visión— todo brilla a últimas fechas ningún punto en el cielo somos cazadores nos internamos en el bosque algunos animales algunas vidas luego ya no luego cadáveres guardamos silencio antes de comerlos (ante el fuego) luego masticamos es otro sonido otro canto un gemido (más bien) pero ellos— los otros ellos el sonido distinto el silencio distinto lo que oíamos en la planta (desde el principio) hemos subido a las plataformas sólo bosque y luego colina en aquella dirección— las copas de los árboles no— no es posible ver
dejamos las cuevas otra sensación el frío ni las antorchas lo anulan la planta la fábrica hemos definido el territorio los contenedores ahora muros alguna resistencia (por si ellos se acercan) no ellos los otros ellos en las cuevas— la voz no era la misma (la nuestra) en la construcción industrial— aquí la voz (otra vez) los otros ellos acaso cerca su voz no es como la nuestra (otro acorde) a veces de noche el silencio cambia su textura hay como hilos de luz siluetas encendidas antes— antes ya no importa le decíamos vida no lo era estaban ellos los que nos trajeron se alejaron fueron puntos en el horizonte luego desaparecieron volveremos dijeron no han vuelto el viento no nos ha borrado
excursiones al lago (sed) nada flota lo sabemos pero uno de nosotros— ya en el fondo (tal vez) formamos una línea el agua mojando nuestros pies un tiempo de espera un silencio espeso (como el agua) un— una— apenas murmullos luego la voz tímida primero firme después nuestras gargantas y una decisión el regreso el paso por las cuevas la maleza del abandono sin detenernos sin comentarlo la enorme pradera ningún punto en el cielo restos de paracaídas hilos al fondo los árboles uno dos quince sin saber entonces el lugar (nuestro lugar) la sensación ellos ahí antes un poco antes ellos ahí— todo intacto y sin embargo— ya nadie pero la duda ellos los otros ellos alguien los contenedores algunos arrancados del suelo
internados en el bosque entre los árboles la dirección vedada ninguna silueta nada no los trazos blancos no los hilos en el aire (apenas hojas en el suelo) los minutos los días el hambre (a veces interrumpido) (una muerte) (dos) por momentos la oscuridad sin paliativos luz de luna interrumpida (las copas de los árboles) no dudamos seguimos nuestra voz poblando el lugar sin respuesta a veces— más luz de pronto sensación de fin pero no vida nueva (tal vez) bajo los árboles riachuelos (la sed) y entonces— luz de nuevo no de luna sol el sol reventando nuestros rostros incendiados un espacio sin límites apenas unas rocas (a lo lejos) lo plano nuestras figuras y una forma vertical en el horizonte (no era insoportable) nosotros— nuestros cuerpos tendidos en la hierba
nos fallan (las palabras) en el camino alguna bestia capturada un riachuelo no más hambre (por ahora) no más sed (por ahora) el fuego siluetas alrededor (como los primeros) matar importa menos ni ellos ni los otros ellos nadie ni rastro de contenedores no más puntos en el cielo una figura vertical nubes las nubes que pasan (allá) unas pocas palabras no más arriba aquí árbol agua fuego tierra a veces lluvia hubo una historia (ya no importa) hubo lo que llaman— pero ya no aquello esto no otra cosa hay lo que era llamado— aquí (en la intemperie) no es que fallen (las palabras) no son más las que eran son éstas las nuevas las que se distinguen en la voz como burbujas que estallan en un torrente (de saliva)
tal vez ellos no más fin de ellos sólo nosotros los otros ellos— (acaso un deseo) piedras en el camino piedras labradas no naturales alguien— (antes) el bosque lejos pero visible en la dirección opuesta la torre así le llamamos mayor la cercanía mayor la certeza una nueva construcción (no industrial) piedra sobre piedra no mucho más algunas palabras pesan ya no designan nada no aquí no ahora así que— aligerar el equipaje cielo nubes tierra piedras palabras para romper el silbido el silencio (dijimos) nosotros en este lugar no hay otro lugar no hay antes no hay ellos no hay otros ellos nosotros aquí ahora las piedras esparcidas entre los brotes verdes
hacia el norte el bosque hacia el sur la planicie (sin fin visible) hacia el este una pendiente hacia el oeste colinas aquí— (desconcierto) una piedra tres piedras cien piedras como hace una hora como hace dos horas como— alguien antes otros tiempos la torre aún en pie todo destruido (salvo la torre) un riachuelo cerca no más sed (por ahora) azul sólo en el cielo el resto verde (salvo las amarillas piedras) la voz circulando (murmullos) hay preguntas hay hipótesis se habla— la construcción industrial— voces dentro de la voz seguir volver quedarse desde la torre el panorama la comprensión del territorio nadie en el horizonte de cualquier modo— no obstante— no tenemos ya palabras (para hablarles)
las palabras en sus huesos limpias de carne la madera es la madera la piedra es la piedra hay resabios torre se llama al elemento vertical aunque— allí arriba el viento— el lago a lo lejos guardará para siempre a nuestros muertos el viento nos agita el sol quema nuestros rostros luz (por todos lados) mojarse en el riachuelo descansar tirarse en el pasto oír a los insectos todo mientras llega el momento habrá que comenzar (temprano) las piedras desperdigadas su peso limpiar de arbustos la zona disponer un orden un orden nuevo
crujen las ramas el fuego calienta (nuestros cuerpos) un animal se cocina esperamos comeremos dormiremos satisfechos murmullos acaso cantos habrá que descansar este lugar transforma lo vertical— lo horizontal es ahora insoportable tal vez por eso hemos ido irguiéndonos que amanezca mañana— el viento nos secará (el sudor) piedra sobre piedra levantar muros (con los días) construir habitaciones (con las semanas) desde el bosque se verá el caserío habrá— el viento se estrellará en las paredes habrá momentos sin embargo abriremos las ventanas las puertas lo dejaremos entrar que limpie el aire que meza nuestro pelo