La poesí­a de José Luis Martí­nez*

Mi padre escribía poesía desde tiempo atrás, y comenzó a reunir en un cuaderno su Poesía, del otoño de 1936 ( «Balance » ) a julio de 1939 ( «El martirio de San Sebastián [según Claudio Debussy] » ), transcrita a máquina. Todo permaneció inédito, y sólo en 1940 publicó en Tierra Nueva los poemas «Pequeñas ausencias » (originalmente titulados «Cuatro pequeñas soledades » ) y «Elegía por Melibea y otros poemas » , y en 1941 publicó otros «Poemas » en Letras de México, pero a partir de entonces dejó de escribir poesía, consciente de que jamás podría igualar la expresiva inspiración de Octavio Paz (1914-1998), su amigo desde 1938, y se concentró en la crítica y el ensayo literario. Juzgó mi padre: «Empezamos a escribir poesía. Buena y muy lograda, la de Alí; sugestiva y prometedora, la de Jorge, y prescindible la mía » . Y abundó:

Descubrí que no tenía imaginación, y menos imaginación creadora. En cambio, sí sabía reconocer qué era literatura y me daba cuenta de que tenía cierta capacidad analítica para deshacer los relojes. Fue una buena decisión aprovechar mis limitaciones y defectos.

Y comentó Enrique Krauze:

Acaso por haber renunciado él mismo a los géneros de la imaginación para los que no se sentía dotado, José Luis desarrolló un mayor conocimiento y una conciencia más aguda sobre las reglas infranqueables de calidad en esos géneros.

 

Porque leía con gusto y bien, mi padre aprendió a transmitir el gusto por la lectura, y por discernir lo bueno de lo no tan bueno. En el género de la crítica literaria, por su claridad, rigor y generosidad, adquirió muy pronto autoridad propia. Trató de las letras mexicanas, españolas y europeas por igual. Y sucedió que en 1943 leyó en el segundo número de la revista jalisciense Eos un cuento que lo impresionó y que comentó, «Hizo el bien mientras vivió » , escrito por un tal Juan José Arreola, que mi padre no sabía que era Juanito, su fabuloso amigo de infancia, hasta que Juan José le escribió y se volvieron amigos y cómplices literarios de toda la vida l

Rodrigo Martínez Baracs

*   Tomado de Rodrigo Martínez Baracs, «La obra de José Luis Martínez», inédito, versión del 13 de enero de 2018.

      Marco Antonio Campos, «Con José Luis Martínez» (entrevista), La Orquesta, México, julio-agosto de 1986, p. 80.

      Enrique Krauze, «José Luis Martínez. El sabio y sus libros», Letras Libres núm. 104, agosto de 2007. Felipe Garrido, «José Luis Martínez, crítico ejemplar», en Escritores en la diplomacia mexicana, tomo ii, Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 2000, pp. 239-266. Christopher Domínguez Michael, «José Luis Martínez», en Diccionario crítico de la literatura mexicana, fce, México, 2007.

      Los artículos de jlm, Alí y Jorge en Tierra Nueva, Letras de México, El Hijo Pródigo y Rueca pueden leerse en las ediciones facsimilares que publicó jlm en la serie de Revistas Literarias Mexicanas Modernas, del Fondo de Cultura Económica. Buena parte de los artículos de jlm de las décadas de 1940 y 1950 los recopiló Adolfo Castañón en jlm, Primicias. Antología, El Colegio de México, México, 2008 (edición fuera de comercio). Adolfo Castañón publicó varios ensayos sobre jlm, entre los que destaca «Imperio y presencia de José Luis Martíanez (Recuerdos de un aprendizaje)», en Revista de la Universidad de México núm. 38, 2007, pp. 19-25; y en Viaje a México. Ensayos, crónicas y retratos, Iberoamericana / Vervuert, Madrid y Fráncfort, 2008, pp. 241-251.

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