Preparatoria 12, 2014 B
ME DESPERTÉ dentro de una pesadilla
posando con insolencia a los pies
de la cama vacía,
un desesperado animal.
Aleteaba con mirada furtiva, buscaba
aquello que anhelaba,
mientras el fuerte aire golpeaba
mi rostro y alborotaba los libros
de leyes que se encontraban en el escritorio.
“Mi tarea”, pensé, la que me había costado
horas de sueño, años de vida.
Miré su pata atada; su mirada me imploraba.
Tomé la navaja que guardaba en el buró.
“Esperanza”, me gritó con su voz muda,
que retumbó en mi conciencia.
Liberada, el ave voló sobre mi vida
y con sus patas me arrancó las ataduras.
De pronto el aire que quedó en mi habitación sabía a libertad.
Al despertar lo único que quedó
fueron ansias de algo más.