Hormigas, plantas, peces y caballos [fragmentos] / Ramón Peralta

1
El sonido de las carretas. El paso continuo de los bueyes. El bramido de un animal exhausto. Los caminos abruptos, enrarecidos. La urgencia de un plano inclinado. El principio sobre teorías del magnetismo. Ve, cambia el peso de una montaña por el peso de la nube que se acerca. Y lo que regrese se tendrá que ir.

 

2
El mundo se volvió agreste y en su proximidad oscuro. Triste, como el final de un insulto en nuestra propia casa. Esta plaga y esos tiburones pertenecen a la usura. Atravesamos a diario un campo de cuerpos abatidos. Entre los cráneos hace guardia el canto del grillo.

 

11
Cercanos a las minas de carbón, aparecían grandes camiones, veloces, sin arrollarnos. En el cuerpo nos dejaban la ceniza de la tierra. Días después, era ocre y rancia, de otro invierno, y nos quedamos en ayunas. La última tarde pisamos charcas y aparecían peces de colores en las montañas.

15
Un cementerio de aviones, un grupo de pavorreales, todos blancos, criados por la madre y la hija. Destilan el agua en la entrada de un edificio. Ella se dice muda y honesta. Ostenta la llaga de Cristo. Antes había una biblioteca. Dice que viene otra tormenta de arena. Si escuchas un grito, es el alba.

 

16
El momento del día, la luz y sus misterios. Son claras las lecciones de historia. Decir lo más bello del mundo, dejando silbar la última palabra, es hacer útiles las cosas. La nubes no escogen dónde dejar la lluvia. Aquí suceden las primeras gotas.

 

 

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