Preparatoria 7 / 2014 A
¿Quién diría que hoy estaría rogando por un minuto más de vida?
¿Cómo hubiera sabido que hoy estaría añorando cada segundo del día?
Me dejas sin aliento, sin saber qué hacer, me dejas como un vil pendejo
Mas nada puedo ya hacer, nada puedo ya decir, nada puedo maldecir,
Simplemente espero a que el sol se apague, a que la luna se duerma, a que las estrellas cesen,
Que los montes verdes se marchiten, que los árboles se deshojen, que los ríos y mares se sequen.
Y nada podré yo hacer, sólo observar, callar y llorar.
Llorar un poco, callar un poco y reír un poco.
Disfrutar, gozar y apreciar, pues el sol no se ha apagado, el viento sigue soplando y los pájaros aún cantan.
Dulce tormento, dulce agonía, dulce martirio de la vida.
Agrias risas, agrio placer de la vida,
Que se detenga el tiempo, que se detenga el día para disfrutar más esta agonía.
¡Y que avance el tiempo! ¡Que siga la vida! ¡Quiero volver a gozar cada día!