El puente de Brooklyn / Javier Foguet

     Un dios desconocido, «El torbellino»,
     nos espera en la rampa de los taxis
     del aeropuerto. Cuando llueve así
     es que todo ha terminado,
     recita el dios y baja la ventana
     para tocarnos el rostro,
     a nosotros que vamos juntos,
     nubes por delante y la tierra.
     Padre sigue la bruma señalada
     por madre en los cabellos de un poeta
     sin terminar.     
     Quiero,
     mañana, que me expliques
     cómo es avanzar
     bajo-bajo tierra
     y encontrar de pronto, aún más abajo,
     el techo de música del río.
     Nada de puentes hoy. Pues ha llovido, llueve
     un inspirado apocalipsis.

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