El hombre cagó porque las palabras no le vaciaban las entrañas.
Con suma delicadeza dejó caer su trasero en el escusado y soltó el alma sin pensarlo. Una necesidad de expresar la satisfacción tras la comida es consumida mediante el letargo; pero el estertor abdominal despierta la curiosidad psicológica del cerebro y conduce al cuerpo a un laberinto onírico representado por un sobrio pasillo que conduce al baño.
El chapoteo del excremento le roba la magia a cualquier composición romántica alemana decimonónica, para descansar solo nos queda exhalar, gemir, gesticular, llorar, reír.
En el papel higiénico una obra de arte abstracta presuntuosa y sin significado como este escrito va a dar a donde muchas existencias no llegan. El remolino es musical y certero, si hay la presión hidráulica adecuada.
Tire esto al retrete…por favor…es pésima composición.