Descanso
Precipita nieve Lomerío de Moosewood sobre fantasmales
madrigueras, bosque de venado, en el hueso-casa,
última nieve.
¿Qué significa llegar a ser nada?
Cueva en la tierra excavaste
habitación del saber, cuarto de lágrimas.
Significa plantarte bajo las cosas irracionales
y saber que no tienen culpa.
Olor de papas la oscuridad.
Te das por vencido.
Pabilos de germinadas alargan contra la pared, agitándose.
Árido. A dos metros, brazo galaxia
esqueleto de antílope. Cerca, piedras que lanzan
sienes
brillos de concentración.
Escucha el cable gutural
arena movida y moho de bosque
herramientas piedras desgajadas
corren en su inmovilidad.
Zorros solitarios en lomas y matorral
lejos abajo en profundo oscuro túnel de su extrañeza.
Matorral enclaustrado en bóveda cisterciense
de su extrañeza. Noche larga.
Todas las cosas hacen voto a ellas mismas.
Contemplatio
Venado entre capulines en arboleda azul, venado.
Esto es ver : estar visto por venado
flotar en línea cardiaca zumbante que hiende mediante trémula mirada
engordar con sombras en vilo de esos rafagueados ojos
que juntan
hacia un cesar brillando.
Sendas pálidas entre álamos, zacate, charcos de escobilla densos
restaurados dentro de ti desde más allá.
Ignoras tu lugar.
Sal afuera, camina.
Escaramujos quemados rojo escarchado, eleagno, artemisa.
Coyotes han colocado cúmulos de caca sobre las sendas.
Sí mismo el mundo canta contra ti.
Manadas espesas debajo de franela tierra
pecarí, búfalo, perros machacan huesos, respirando.
Mantén el siwash encima de las pijamas hasta mediodía, espera.
Surgirá algo susurrando.
Alza oscuridad pulsando por la raíz de hierba tres metros abajo
desde manto freático.
Y el río : el río rasgueo profundo en el hueso del continente.
El lago Big Quill
Empinado vacío masculino sobre salada planicie
silencio que ardió sosegándose desde afuera celeste.
Venado, liebre grande como motocicleta.
Tú has sido cantado aquí, al borde del precipicio de la historia
soltado del cuchillo de voluntad a tu garganta.
Tu mente era música ejecutada en otra habitación atrás de gruesas paredes. Ahora
estás aquí.
Cornejo erguido desde corteza alcalina.
Tu trastorno es apostólico.
Tus fantasmas son Salteaux y Celtas.
Recuéstate sobre esta tierra blanca. Duérmete. La hechura de tu cuerpo suspira hiende
el quebradizo matorral, será una balsa llevándote al interior de
solitaria piedra tallada desde la cual
el cadáver del lago se pudrió.
Gansos de nieve exabruptos el cielo, tierra palpita en agua pálida.
Atrás, verde con olor de hierba el valle vertebral del continente.
El lago es muerto, esplende con pájaros pesados nerviosos.
En la orilla, navajita azul, vértebra búfalo. Tú debes esperar.
Canto de mirar profundo
Excavaste cueva en ladera sur
tiro oscuro tocón saliente
serán sollozos tu entrada al mundo.
Aquí, niega el alma platónica, el alma angélica, el alma que vive antes
del nacimiento en salmuera matemática.
No hay visitación.
No hay acometidas doradas de la mente, no hay escalera por la cual el deseo
asciende y desciende en mente reliquiada.
Hay sol sobre mazorcas heladas, la Piedad.
Fantasmal llanto-voluntad tentalea a través de humo entre rastrojos en busca de
grullas que comen granos esparcidos cerca del humedal meandro. Ven, te dice.
Ven ahora. No te mortifiques.
¿Cómo estar aquí?
I
Deseo jamás huye.
Atisbando la flor de eleagno
desliza a través de felpatierra oledera hacia la sensación
de su amarillo
el yo despedazado, fulgor en estratosfera.
Mirar nos socava.
El mundo y su resplandor no alcanzan a sostener nuestro peso desvaneciéndose.
El mundo o lo que es allí se fuga
mientras nos adentramos en él, se lanza a salones de hierba donde antorchas de
oscuridad arden al mediodía.
Se lanza a la luminosidad mente más arcaica.
Nos deja solos al aire anchuroso de junio : cortejo-flotando venido de nombres como
astros y no totalmente en la gravedad luminosa de cosas.
Intensidad torpe. Se siente como virtud o música.
La Forma tiembla en venada.
Ella no me ve, recostado apenas por encima de hierba sobre tablón
entre
álamos caídos.
Día caluroso, viento suave. Me alzo en el collar de rizomas.
Luz atrás de su luz es cascarón del cual apenas surgió nacida.
La Forma es la serenidad dentro de ella misma.
Yo vine de allí.
Si excavas con pequeñas herramientas dentro de bandas fulgentes
alrededor de los hombros de ella,
vendrás al primer asentamiento del alma, acariciarás fragmentos de alfarería, pondrás
la lengua en ceniza antigua, y
recordarás.
Lágrimas te llevarán parte del camino de regreso. No más allá.
Traducción del inglés de Wendy Penner y Gabriel Magaña
Rest
Snow falls in the Moosewood Sandhills, on ghost / burrows, deer woods, in the bone-home, / last snow. / What does it mean to become nothing? / You’ve dug a cave in the earth, / room of knowing, room of tears. / It means to place yourself beneath irrational things / and know they are without blame. / The potato smell of the dark. / You’ve given up. // Candles of sprouts lengthen, twitching against the wall. / Dry; at seven feet, a galaxy arm / of antelope skeleton; near, stones that give off forehead gleams / of concentration. / Listen to the guttural cable, / drift sand and forest mould, / flaked stone tools / streaming in their motionlessness. / There are fox aIone in the hills and grass / far down in the dark tunnel of its strangeness. / Grass enclaustered in the Cistercian vault / of its strangeness. Long night. / All things are vowed to themselves.
Contemplatio
Deer among the chokecherries, in the blue wood, deer. / This is seeing: to be looked at by deer, / to float on the cardiac line hurnmed into you by the tremoring stare, / to fatten with shadows pennanting from those gusted eyeballs, gathering / to a glistening stop. / Pale paths through aspen, june-grass, pools / of densest dropseed restored into you from beyond. / You don’t know who you are. / Go out, walk. / Rose-hips burnt red with frost, wolf willow, sage. / Coyotes have set cairns of hard shit on the paths. / The world sings itself against you. // Thick herds under the flannel earth, / peccary, buffalo, bone-crushing dogs, breathing. / Keep a Siwash over your pajamas till noon, wait. / Something’s going to be whispered. / A darkness pulsing up the ten-foot needle grass root from the water table. / And the river, the river strums deep in the bone of the land.
Big Quill Lake
A steep male emptiness on a salt plain, / silence that burned down from outer space. / Deer, a jackrabbit big as a motorcycle. / You’ve been sung here by the ledge of the precipice of history, / shrugged from the knife of the will at your throat. / Your mind was music played in another room behind heavy walls. Now / you’re here. // Dogwood rise from alkaline crust. / Your derangement is apostolic. / Your ghosts are Saulteaux and Celts. / Lie on this white earth; sleep; the shape your body sighs into the crackling / grass will be a boat bearing you to the interior of the one / rubbing stone the carcass of the lake has rotted from. / Snow geese blurt from the sky, land palpitating on the pale water. / Behind them, the green, grass-odoured spine-valley of the continent. / The lake is dead, blazing with heavy, nervous birds. / On the shore, blue grama grass, buffalo vertebrae. You must wait.
Song of the Profound View
You dug a cave in a south slope, / a black air hole stumps out — / you’ll weep your way into the world. // Here, deny the Plato soul, angel soul, soul / alive before birth in a brine of mathematics. / There is no visitation. / No golden lunges of mind, no staircase desire / ascends and descends in the heirloomed mind. / There is the sun in frozen corn, a pietá. // An eerie will-cry gropes through stubble smoke for cranes / eating dropped grain near the oxbow marsh; come, it says; / come now; do not worry.
How To Be Here?
I
Desire never leaves. // Looking at wolf willow bloom, / streaming through plushlands of scent toward the feeling / of its yellow, / self breaks up, flaring in stratosphere. / Looking undermines us. / The world and its shining can’t hold our evaporating weight. / The world or what is there goes away / as we enter it, goes into halls of grass where torches of / darkness burn at noon. / Goes into light’s lowest mind. / Leaving us, woo-floated from planet-like names and not quite / in things’ shimmering gravity, alone in wide June air. / All-thumbs intensity that feels like virtue or music. // The Form quivers in the deer. / She doesn’t see me; I’m lying barely above grass on a plank between fallen / poplars. / Hot day, slow wind; I lift on the cam of rhizomes. / The light behind her light is a shell she’s just now born out of. / The Form is the doe’s ease within herself. / I came from there. / lf you dug with small tools into radiant belts round her shoulders / you’d come to a first settlement of the soul, stroke pottery bits, put / your tongue on old cinders and remember. / Tears will take you part of the way back but no further.