Escuela Politécnica / 2012B
Era el deseo en un suspiro, sólo un salón vacío bastó para quedarnos ahí, donde nacían las esperanzas de cada estudiante. Las bancas vacías me recordaban mi primer día de clases, sólo que esta vez era diferente, sus manos empezaban a deslizarse por mi espalda, su aliento entrecortado me hacía suspirar en un nuevo atardecer, su cuerpo aferrado al mío, gotas de pasión por todas partes y el sudor impregnando mi piel.
Tal vez no era consciente de lo que ocurría o tal vez sí, pero los besos que jamás tendría los obtuve esa noche, sábanas mojadas y una realidad vacía, un sueño nada más.