El zahorí vino a saludarme

Myriam Moscona

Ciudad de México, 1955. Su libro más reciente es León de Lidia (Tusquets, 2022). 

durante los meses del encierro
comencé a coser
unas tabletillas
en escritura sumeria
eran poemas de amor
una lengua que nadie hablaba
mi casa: lengua madre
mi madre: un ojo cosido
mi ojo: mi padre

durante los meses de encierro
tuve algunas visiones
papá era un gallo
sólo hablaba en su lengua incomprensible
también él fue un zahorí
y yo en mi malandanza creía que cantaba
me acuerdo cuando se le pegó la voz a la garganta
me hizo ver el cielo
mira
allí están las escrituras dijo mi papá
subí los ojos
mira —volvió a insistirme señalando las estrellas—
ese es un punto
a la derecha un punto y coma
orión tres puntos suspensivos
siempre levanta la cara levanta la vista
la escritura está en el cielo
no en tus libros tu cuerpo tu molienda
me dijo haciendo zalemas en su retirada

para contar por lo menudo
le dije
de mi poema de amor
de mi casa perdida
me puso una mano en la cabeza
me bendijo

mohíno triste abatido
sacudió sus manos
en la postura de alguien que se aleja
de alguien que se va
harta de su muerte
volví los ojos al cielo
vi la escritura de los astros y lloré
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