Cáncer a la rodilla a los 36 según la Escritura,
cuando sueña un Dios,
un mendigo cuando piensa, reinventó las vocales,
las pintó, las desolló, filmó otra película, locura,
pura locura.
Pero, en cuanto a la O del sol, ¡difícil!
y es que literalmente no se sabe, algo
estará escrito en el Corán pero no se sabe:
orgullo, olfato, origen, ¡todas esas OES!
Pero no, no se sabe.
Qué se va a saber, ¡un trago por Rimbaud! Preferible
la A de águila, por lo menos ésa sangra
sangre fresca de mujer, te arranca
los ojos de un picotazo: alfa, aleph,
¡Abisinia!, ¡Abisinia!
Ajustemos las cuerdas del no sé, ¿qué es por último esa I
esbelta?, ¿un cuchillo
violador, uno de esos cuchillos rencorosos
que no podrán nunca escribir
el Mundo por atarantados? Pero no,
el enigma es otro, si el cuchillo entraba bestial
hasta el último clítoris en la tabla del seso, el
esquizo escribía, si no
adiós esquizo.
Volvamos a la E, preñez, preñez, ¿todo es euro entonces?,
¿entonces no hay preñez en el gran juego de las galaxias?,
¿y Hermes?, ¿y el portentoso Hermes?,
¿y Egipto?,
¿y Heráclito de Éfeso?
Terra,
terra chillaban las gaviotas.
¿Y la E de eternidad?
Topamos con la U de urna, Sancho, aquí
se acaba el cuerpo: uno y su urna. No hay nariz que no sea urna,
ni oreja de oír, ni ojo
ciego de no ver, ¡zapatos y más zapatos!, sáquenlos de ahí, vestiduras
de nadie, basural
de culebras, ¡gangochos de haber sido!,
tiras de elegancia, gangochos y más gangochos, todo es urna, ¿Erlebnis und [Dichtung?
un trago, Rimbaud, preferible un trago, estos peñascos
van a acabar con nosotros,
y allá abajo diamantino El Renegado
que no va a desembocar nunca.
quien lo fechó el 4 de febrero de 2009 y lo dedicó a su nieto Joaquín.