Cómo voy a saber hacer la caridad
siendo un canalla… ¿Dice la verdad
el canallesco? Sólo si es un cínico
consumidor de su ceniza, o clínico
sádico masoquista, o bien un quiste
canceroso que expone su tumor (su temor)
como un chiste.
Pasé a creer que no creía
ni en Dios ni en la Santísima
Trinidad. No es creer —es la mismísima
ciega adhesión brutal de amor cual la tenía
con mi mujer y prole y parentela
—en ellos no creía: éramos de la misma tela.
Tendría que tener dos corazones
pues yo creía habérselo robado
cuando la conocí; fue falsa alarma
pues al morir se lo había llevado
y yo quedé sin él, sin alma ni arma,
y nada saco urdiendo unas razones.
Quisiera que la muerte me quitara la cara
de un manotazo, el pellejo sacara
despegando la goma de la máscara
dejando encima de la calavera
la tierra de espinillas y de aftas y viruela
nativa innata y rugosa de vieja.