Al fin del día
Pues nada habrá de ser
lo que fue alguna vez,
mi doble cotidiano
y yo,
que soy su sombra,
habremos de mirar al dador de la vida
diciéndole
con la vieja y debida reverencia:
los que van a morir te saludan.
Regreso del hijo pródigo
a Marcelo Pellegrini
He olvidado los nombres
que fueron algún día
mi paisaje y mi llama
y es en vano
que agite la memoria
sus manecillas herrumbradas.