Pierdes un guante
pierdes la mano completa al subir la escalera
has perdido la cabeza
hundiéndola en sillones desvencijados
la ciudad entera perdiste un domingo ligero
cruzando invisible el gentío un derroche
los muebles tirados así a la calle
el exceso sin más donde sobra
recoges mendigo tu parte reclamas tu sopa
alzando el tacho insolente malgastas
el tiempo allí donde transan y gastan
migajas y horas perdidas de mano
en mano se pasan los días en dados cargados
coronan la tarde un cerro basura
baratijas allí donde extiende
un mendigo no sabes si charla o saludo
escarbas tu bolsillo un sillón apolillado
pelusas botones tesoros ofreces
la mano de un niño transpira en el fondo
a toda asta el forro de un mueble
das con la tela de un óleo en la calle
cruzas ligero el gentío el suelo no rozas
tiras el tiempo allí donde todo se tira
el desdén y las cartas de poker los dados
temes abandonarte allí justo
donde todo se abandona
lo mismo pierdes un guante
tu retrato una mano un billete arrugado
has perdido el tren o el tranvía
no sientes no escuchas su paso
ligero rozarte el abrigo y giras
el viento o alguien pronuncia
tu nombre preciso se borra allí
coleccionan zapatos sin pares
harapos horas y malas costumbres
como hablar mientras comes
o decir país en lugar de triciclo
la lengua obstinada se zafa
el arnés incomoda la marcha
lo dejas caer en un tarro y suena
el eco de una limosna o el timbre insolente
un ciclista furioso reprende tu error
te convierte en un niño y regresas llorando
sin guante jamelgo ni papeles.