Ahh, realidad espejeante / Waldo Rojas

     Ahh, realidad espejeante, dársena de toda abjuración,
     venga, pues, ese trueque en el que mi pobre moneda falsa
     incline su vergüenza al regateo de tus prestidigitaciones;
     dame ya tu mercancía todavía goteante de jugos
     viscerales
     y que el grito vuelva a su reencuentro con el látigo.
     Así como el amanecer cambia sus trinos
     por el mugido de las degollaciones,
     vuélcame rápido la carta más vilmente marcada
     con su doble roña de sebo y engañifas,
                                   Tarot de los Dementes,
     o no me quedaré a tu cena de algodones sucios.

 

 

 

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