Valencia, 1960. Su libro más reciente es Perspectiva aérea (Pre-Textos 2022).
CÉZANNE
Sobre esta tierra roja impenetrable,
sobre esta arcilla seca de la infancia,
con cada nuevo paso se desanda
lo que al hombre doblega con su peso:
la memoria vencida del camino.
Crujen cardos marchitos, ruge el sol,
reclama para sí más verde nuevo
y a lo lejos,
ese siena tostado entre los verdes
pinares que tapizan la montaña
nos dice que murieron
de sed algunos pinos.
A ras de suelo pámpanos,
racimos polvorientos
y al lado de la casa
las cenizas templadas y un trípode dormido.
En el aire la aguja
nítida de septiembre
y el horizonte en vilo.
Un zarzillo se enrosca
y el paseante sueña:
el último paseo es el primero.
De La misma savia
SI LA MONTAÑA
Si los ojos rasgaran su vendaje
y en hilachas de luz resplandecieran
los contornos perdidos de las cosas,
si en el claro argumento de su sombra
alcanzaran a verse las entrañas,
el misterio remoto, el desafío
silente de lo oculto,
si del alma supiera la montaña
la razón escondida, las razones
de tanta escarpadura,
de tanta loma amable y falda leve
vistiendo la ladera,
si supiera el repecho, la quebrada,
la roca, la garganta y el barranco,
la desnuda y fabril orografía
que describe accidentes y relieves,
si en el claro argumento de su cumbre
descifrara la incierta perspectiva,
si del alma supiera la montaña…
De Flor de sal
CELAJE
Manchado de pintura tu reloj
pasa ya de las siete,
y esa luz cenital
que ilumina tu mesa y tu paleta,
se va desvaneciendo muy despacio.
La tarde se te ha ido en el estudio
pintando un gris celaje de dos metros.
Sobre blancos empastes bien cuajados
vertiste veladuras
delgadas como un soplo y desprendiendo
la carga del pincel
quisiste hacerte aire con el aire,
liviana pincelada, azul destello.
Embriagado en la danza
que mueve los colores en la tela
y por el dulce efluvio
de tanta trementina derramada,
has salido a la calle y caminando
has alzado tus ojos,
y al ver los resplandores de la tarde
cobrizos, soberanos, intangibles,
al ver la luz precaria, desertora,
fugándose entre nubes y ventiscas
del marzo vagabundo que nos lleva,
has bajado la cara con vergüenza
comprendiendo lo absurdo del empeño
que movía tus manos sobre el lienzo.
De Flor de sal
TIEMPO AMARILLO
Devuelve el blanco al mundo
la luz que en él incide.
Mas no todo es reflejo:
todo blanco se mancha,
se tiñe de color, amarillea.
El destino del blanco es amarillo
y el nuestro es encalar, cubrir de nuevo,
seguir recomenzando sin descanso
para que el sol refleje cada día,
hasta que el sol derrita
nuestro tiempo,
y los huesos
den en tierra,
y su cal
se pierda entre la arena que perdimos.
El destino del blanco es amarillo:
no amarillo solar,
sino amarillo tiempo.
De La eternidad y un día