Guadalajara, Jalisco, 1965. Autora de Sigilosos v(u)elos epistemológicos en Sor Juana Inés de la Cruz (Editorial Iberoamericana / Vervuert, 2007).
Lo público y lo privado o secreto, la defensa en la Respuesta a Sor Filotea a través de una compleja forma retórica y la escritura libre y desembarazada, reflexiva, a través de una silva, un poema de novecientos setenta y cinco versos. Me pregunto: ¿son dos caminos diferentes de la pluma, alejados entre sí? Por un lado la defensa de la búsqueda de conocimiento por la mujer de todos los tiempos, la defensa del derecho a estudiar y a escribir privada y públicamente; por el otro, una escritura osada, nacida del interior, en los momentos de silencio, fuera del ruido, en la noche, cuando surgen los monstruos de la imaginación, desde el sueño.
El poema largo: una defensa del derecho a la desobediencia y su valor. La Respuesta como defensa de la desobediencia. El Sueño: el valor del viaje hacia el conocimiento aun si hay fracaso. El fin no es el logro sino el viaje en sí, el proceso de la búsqueda o viaje por el poema ya que el conocimiento totalizador es falso, como el dogma de los jerarcas de la iglesia que prohíben el estudio o escritura pública o privada, o inalcanzable, como el divino o el filosófico. Hay puntos de enlace, ecos y coincidencias entre estas dos obras estudiadas aisladamente. La continuidad propia de la imaginación creativa recorre la escritura de Sor Juana. Las simbologías se entrelazan, se reiteran, se transforman para crear un universo de ecos multiplicados que se enriquecen mutuamente.
La alegoría sorpresiva en el Sueño, la retórica inventiva en la Respuesta. Las formas persuasorias de la mitología en el Sueño, sus figuras femeninas aberrantes, desobedientes, transgresoras. El discurso jurídico de la Respuesta se traslada durante el Sueño a los órganos del cuerpo que transmutan las sensaciones diurnas en pensamientos e imágenes poéticas, las del poema, fábrica de sí mismo, tejido autorreflexivo multiplicador de sentidos que se extienden para enlazarse con las demás obras de Sor Juana, las escritas y las cantadas, las compartidas o compuestas en colaboración con otras monjas, una edificación verbal de amplitud universal, desde su época hasta nuestros días, provocando en nosotros y en las audiencias de todos los tiempos maravilla, sorpresa y admiración.
El Sueño se ha estudiado como una obra filosófica, incluso metafísica, privada y hasta secreta que escribe Sor Juana en la noche, en sus escasos momentos de asueto, y que ella describe con humildad como un «papelillo» en la Respuesta: «Demás, que yo nunca he escrito cosa alguna por mi voluntad, sino por ruegos y preceptos ajenos; de tal manera, que no me acuerdo haber escrito por mi gusto sino un papelillo que llaman el Sueño».
Una carta privada, vuelta pública, la Respuesta, que circula y se publica sin el consentimiento de la autora. Un papelillo descrito así en la Respuesta, un poema largo, introspectivo, compuesto libremente, por su propio gusto y voluntad. Se multiplican los ecos. Un poema privado, íntimo, secreto, nacido en el espacio interior del sueño y la ensoñación nocturnas. Prosa y poesía. Poema largo, mitología, alegoría, metáfora. Tópicos retóricos. ¿Qué enlaza estas dos obras? En la Respuesta: la defensa del derecho a estudiar y escribir durante la noche. En el Sueño: la defensa del derecho a la desobediencia, su valor. La Respuesta, la defensa de la desobediencia. Y el Sueño, el valor del viaje hacia el conocimiento aun si hay fracaso. El fin no es el logro sino el viaje, ya que el conocimiento es inalcanzable.
Se han estudiado las obras públicas y privadas de Sor Juana, poeta barroca novohispana mayor de los Siglos de Oro, es decir se ha estudiado el Sueño como una obra aunque la más personal, una obra extraña como las figuras que la pueblan. La Respuesta por otro lado se entiende como una defensa de su labor intelectual. Pero si las vemos más a fondo, podemos apreciar cómo se entretejen, cómo forman parte de un mismo proyecto hacia el conocimiento por la palabra poética.
Se ha resaltado en el caso de la Respuesta cómo Sor Juana transforma el género hagiográfico monjil, la vida de santas, para defender su derecho al conocimiento. Es decir, cómo retoma cada uno de los tópicos para asociarlos no a la vida religiosa propiamente sino a la inclinación innata por el conocimiento, un don divino. También se ha notado que no hay tal sinceridad confesional en la Respuesta sino una complejidad retórica recreadora de formas y tópicos de la antigüedad clásica. Ciertos tópicos que transforma.
Si por un lado la Respuesta había sido clasificada como una narración confesional, autobiográfica, el Sueño, por otro lado, el magistral poema largo de Sor Juana de novecientos setenta y cinco versos, sigue siendo estudiado como una obra puramente filosófica en el que la monja describe la aventura del alma hacia el conocimiento a través de diferentes métodos filosóficos: una obra que retrata sus ansias de saber y su fracaso. Propongo considerar ambas obras como parte de una misma escritura en la que los símbolos se repiten y se recrean, se condensan, en torno al valor de la poesía como conocimiento, un viaje que es un vuelo hacia la música del cosmos.