Needles / Dante Oliver Huerta López

Preparatoria 8 / 2015A

Joven de 17 años interesado en la ciencia, los cómics, el internet y todo lo que tiene de interesante el mundo, desde lo concreto y científico hasta lo anormal y extraño. Odia la gente que lo llama “raro”. Tampoco le gusta el deporte… o cualquier tipo de ejercicio físico. Es amante de la buena música como el rock, jazz, blues, música clásica, etc. Toca la guitarra y escribe novela de ciencia ficción.
     Su apariencia física es desaliñada. Mide 1.80. Tiene complexión robusta, cabello largo y ojos cafés. Usa siempre los mismos pantalones entubados, rotos, camisetas cortas, tenis sucios y, a veces, un collar. Su rostro es delgado; su personalidad, introvertida. Feliz y soñador, aunque con uno que otro padecimiento mental: esquizofrenia, paranoia, neurosis y, el más molesto de todos, daltonismo.
     Vive con sus padres. Tiene muchos amigos. Es un chico “cool” gracias a sus conocimientos científicos, literarios y musicales. El sueño de su vida es ser un famoso guitarrista, un gran escritor y viajar a una realidad alterna.

Needles toca la guitarra como acostumbra hacerlo cada tarde después de llegar de la escuela. Su madre lo llama a gritos:

— ¡N! –sus padres, amigos y conocidos lo llaman “N”.
— ¿Qué pasó, mamá? –respondió Needles molesto.
— ¡Te dije que lavaras los trastes! –respondió su madre, furiosa.
— ¿Solo me hablas para eso? –replicó rabioso.
— ¡Sí te lo pedí hace horas y no lo has hecho!
— En un rato lo hago –respondió N y se fue a la cama.

Se recostó sobre la cama. Tomó los apuntes de sus investigaciones acerca de realidades paralelas; lo que quería conseguir esta vez era hacer un portal que lo llevara a otra realidad, pero todos sus intentos fracasaban y hasta ahora no había podido lograrlo. Parecía que esta vez se resignaría a no hacerlo. Entonces, se paró de golpe de su cama y comenzó a escribir el resto de su historia acerca de las personas con poderes extraordinarios. Después de un largo rato sintió sed e hizo una pausa para ir a la cocina a tomar agua. Tropezó con las cintas de sus propios tenis y se golpeó la sien muy fuerte contra la barra de granito de la cocina. Como era de noche, se abstuvo de gritar o quejarse a causa del tremendo golpe que se acababa de dar. Tomó agua y regresó a su cuarto.
     Triste por sus intentos fracasados hizo un nuevo esfuerzo, sólo para callar la voz interior que le decía que esta vez sí lo lograría. Fue una sorpresa entrar en otra dimensión. Dentro escuchaba los gritos de su madre y su padre. Había gente hurgando en él, buscando no sé qué rayos… entonces, sangre en su boca y una punzada aguda en su cabeza lo hizo recapacitar acerca de su sien.

Needles no hizo el más mínimo esfuerzo por regresar a la vida. Lo que quería era seguir en ese viaje, en esa realidad alterna a la que tanto le había costado llegar.

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