Tres penitencias / Isabel Ruiz

 

El alma elige su propia compañía
Luego cierra la puerta
a su divina mayoría
y no se presenta más
Emily Dickinson

i. Notas de ayuno

Tomo los votos hoy por la noche
Me decido o te decides a faltarme
En 30 días o hace 8 años con 30 noches
Me entrego a la contemplación
Me imploro con tu palabra resonando en mis senos
me paro afligida con la excusa de beber agua

Afuera del monasterio dos mujeres se besan bajo un faro
ahora duermes pálido                                indulgente
siempre sobre mi dorso
y pienso qué haría si le faltaras a este apéndice
                                    Me encerraría en un convento
para extender en el enigma de mis dedos
toda, toda esta noche de San Cipriano

 

ii. Tiempo medio
 
¿Qué hará el maricón en el seminario ?
Un día podría aconsejarme:
¿Cómo hacerme la monja sin hábito?

Qué hacer, Mariposa Ilícita                                 dime,
Para hacerme sacerdote para deshacerme de tanta parábola del
                                                                          [ abismo
Y aprenderme aquel Salmo donde se habla de las cinco medidas
para tocar las llagas de Cristo

Esa teoría para alcanzar la templanza
Esas cuestiones tan religiosas para alcanzar algo
Un ala de tu espalda, siquiera
Un Alabado seas, alabado seas

 

iii. Porciones sin edén

de la casa
piso de tierra
tierra de cuerpo desterrado
Me preguntan si prefiero a San Agustín o Santo Tomás
              prefiero mi estante de ladrillos y mi hábito
              prefiero un plato de comida al público hambriento
              esos que aplauden mientras salto en ancas
¿Dónde encuentro el fragmento
            de tierra
            de muro
para seccionar la rapidez de mi fracaso al detener el tiempo?

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