Tres poetas de La Pléyade

A mediados del siglo xvi, en Francia, la lengua oficial era el latín. El francés se consideraba uno más de los dialectos que existían en la región. Por esta y otras razones, siete poetas humanistas tomaron los modelos clásicos (griegos y latinos) para defender, estandarizar y enriquecer la lengua francesa.
     En 1549, Joachim du Bellay publicó un manifiesto titulado La defensa e ilustración de la lengua francesa. Poco después, en 1553, estos humanistas tomaron el nombre de La Pléyade en honor a las siete estrellas del cielo y a un grupo de poetas griegos que en el siglo iii a.C. se llamó igual.
     Los poetas de La Pléyade dejaron el pie y tomaron la sílaba como unidad de medida de los versos; se inspiraron en Petrarca (aunque modificaron la disposición de sus rimas); trabajaron formas poéticas como el verso alejandrino, el soneto, el himno y la oda, entre otras novedades, y abordaron los temas del amor femenino, la muerte, el paso del tiempo y la naturaleza que los rodea.
     Al principio, esta constelación de siete estrellas literarias estuvo formada por Pierre de Ronsard, Joachim Du Bellay, Étienne Jodelle, Rémy Belleau, Jean-Antoine de Baïf, Jacques Peletier y Pontus de Tyard.

Joachim du Bellay
(1522-1560)

El siguiente poema es un soneto decasílabo, con cesura en la cuarta y rima tipo Marot. El verso decasílabo permite un ritmo alerta al distribuir de manera asimétrica los dos hemistiquios (4 + 6). La versión en español apuesta por respetar la medida, rima y ritmo del original.

 

Hace tiempo alma de universo

Hace tiempo, alma de universo
Con belleza que al Sol insola,
Al dar forma terrena redola
Enriquece de vital diverso,

Inclinada con ojos abiertos,
Parte aire, fuego, tierra, ola
Luego tira la semilla sola
Y tantea abismos cubiertos:

Alma de mi vida, ¡fue así!
Estuviste radiante por ti,
Mirándote pintada en mi afecto,

Y tus ojos con acorde humano
Mis sentidos unieron, tu mano
De Amor formó: círculo perfecto.

 

En Francia, durante mucho tiempo, el decasílabo fue muy importante. A partir de La Pléyade, este tipo de verso fue remplazado por el alejandrino. A continuación, tenemos un poema que mezcla lo antiguo del decasílabo con lo nuevo del soneto. Como el decasílabo es el verso clásico en francés, esta versión apuesta por el verso endecasílabo, ya que es el equivalente clásico en español.

 

IX

Astros crueles y dioses inhumanos
Malvado cielo y madrastra natura
Ya sea por orden o por aventura
Rigen el curso de asuntos humanos

¿Por qué antes trabajaron sus manos
Formando una Tierra que tanto dura?
¿O qué fue de una materia tan dura
Frente bravo de palacios romanos?

Yo ya no he dicho sentencia alguna
Ni que cualquier cosa bajo la luna
Es corruptible y va a fallecer

Mas digo (y no quiero enojo biliario
De quien se esfuerza en mostrar lo contrario)
Que el gran Todo debe perecer.

 

Pierre de Ronsard
(1524-1585)

Este largo poema habla del destino, el hombre y la naturaleza, temas de vanguardia para la época, tratados por los poetas de La Pléyade. Es un himno que alterna cuartetos de octosílabos y sizains (sextillas, no confundir con sextetos ya que éstos son de arte mayor) de hexasílabos. El español respeta la métrica al alternar cuartetos de octosílabos y sextillas de hexasílabos.


Himno a las estrellas

[fragmento]

Las saludo, alegres llamas,
Hijas de la noche, Estrellas,
El Destino guía las huellas
Que colgaron de mis tramas.
Mientras que los días
Devanan sus vías
En etérea danza,
Vivir soportando
Suerte decir cuando
Me dieron en lanza…

 

Madeleine de l’Aubespine
(1546-1596)

Amiga e hija espiritual de Pierre de Ronsard, esta poeta no se considera parte de La Pléyade, pero su obra tiene elementos muy significativos, como el uso del verso alejandrino y el tema de la naturaleza que la rodea. El siguiente poema es un soneto, alejandrino francés (12), con cesura en la sexta y rima tipo Marot.
La traducción respeta rima y ritmo con alejandrinos españoles (14) y cesura en la séptima.
 

Veremos detenerse el móvil del mundo          

Veremos detenerse este móvil del mundo
Estrellas van marchando entre un gran firmamento
Saturno miserable brillando sin contento
Y Júpiter ordena dentro de lo profundo
Veremos calmo a Marte y de brillo fecundo
Al Sol que se ensombrece sin fuerza y movimiento
Venus sin amistad, Estilbón sin intento
Y cambiando su forma la Luna de corundo

Será pesado el fuego y ligera la tierra
Agua caliente y seca y en aire que la encierra
Veremos a los peces volar por un barquero

Prefiero que mi amor sólo a ti destinado
Orbite en otra parte, ya que por ti he mirado
Sólo por ti yo vivo, morir por ti yo quiero.

 

Notas y versiones de Elena Preciado Gutiérrez.

 

Bibliografía
Jean Mazaleyrat, Éléments de métrique française, Armand Colin, 1974.
Œuvres complètes de Joachim Du Bellay, vol. 3, texto establecido por Léon Séché Revue de la Renaissance, Ginebra, 1903.
Pierre de Ronsard, L’hymne des étoiles,comentado por Nicolas Richelet, Nicolas Buon, París, 1617.
Daniel Fondanèche, La littérature d’imagination scientifique, Rodopi, Ámsterdam-Nueva York, 2012.

Comme jadis l’âme de l’univers
Comme jadis l’âme de l’univers / Énamourée en sa beauté profonde, / Pour façonner cette grand’ forme ronde / Et l’enrichir de ses trésors divers, // Courbant sur nous son temple aux yeux ouverts, / Sépara l’air, le feu, la terre, et l’onde, / Et pour tirer les semences du monde / Sonda le creux des abîmes couverts : // Non autrement, ô l’âme de ma vie ! / Tu fus à toi par toi—même ravie, / Te voyant peinte en mon affection, // Lors ton regard d’un accord plus humain / Lia mes sens, où Amour de sa main / Forma le rond de ta perfection.

ix
Astres cruels, et vous dieux inhumains, / Ciel envieux, et marâtre nature, / Soit que par ordre ou soit qu’à l’aventure / Voise le cours des affaires humains, // Pourquoi jadis ont travaillé vos mains / A façonner ce monde qui tant dure ? / Ou que ne fut de matière aussi dure / Le brave front de ces palais romains ? // Je ne dis plus la sentence commune, / Que toute chose au—dessous de la lune / Est corrompable et sujette à mourir : // Mais bien je dis (et n’en veuille déplaire / A qui s’efforce enseigner le contraire) / Que ce grand Tout doit quelquefois périr.

Hymne des étoiles
[fragment]
Je vous salue, heureuses flammes, / Etoiles, filles de la Nuit, / Et ce Destin qui nous conduit / Que vous pendîtes à nos trames. / Tandis que tous les jours / Vous dévidez vos cours / D’une danse éthérée, / Endurant je vivrai / Et la chance suivrai / Que vous m’avez livrée…

L’on verra s’arrêter le mobile du monde
L’on verra s’arrêter le mobile du monde, / Les étoiles marcher parmi le firmament, / Saturne infortuné luire bénignement, / Jupiter commander dedans le creux de l’onde, // L’on verra Mars paisible et la clarté féconde / Du Soleil s’obscurcir sans force et mouvement, /  Vénus sans amitié, Stilbon sans changement, / Et la Lune en carré changer sa forme ronde, // Le feu sera pesant et légère la terre, / L’eau sera chaude et sèche et dans l’air qui l’enserre, /  On verra les poissons voler et se nourrir, // Plutôt que mon amour, à vous seul destinée, / Se tourne en autre part, car pour vous je fus née, /  Je ne vis que pour vous, pour vous je veux mourir.

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