Manuel Espinosa Sainos / (Totonaku)

In memoriam † Francisco Toledo

         

Fronteras

Parece que todos los caminos conducen al olvido,
a perder nuestras raíces, nuestra lengua,
nuestra esencia, a lo lejos, la abundancia
es la promesa de un dios que miente.
La pobreza es una cruz que viste el paisaje,
el hambre una hilera de huellas en la arena.
Desorientado, el viento silva una profunda soledad
mientras se desvanece el eco de nuestra historia,
parece que en vano, sí, en vano hemos vivido
rascando la pared que nos divide.

 

Los muertos hablan de amor

Los muertos hablan de amor
de sus carnes resucitan árboles
cuentan miles de historias
las cruces de cempoalxóchitl.

De los amantes clandestinos,
de los ríos que penetran y se secan,
de los que se entregan al mar.

Los muertos hablan de amor
su corazón nunca muere
late en el vientre de la tierra,
bombea la sangre color ciruela
porque el amor es perenne.

Los muertos hablan de amor
deambulan los deseos,
los panteones huelen a sexo,
evaporan los besos
en la humedad de los cafetales,
en las barrancas, en los platanares.

Los muertos hablan de amor
inventan caricias nuevas
en el altar de cempoalxóchitl.

Los muertos hablan de amor
le ponen collares de flores al recuerdo,
los muertos
se niegan a morir abandonados.

Despojo

¿Cómo decirles a mis muertos
que esta tierra ya no les pertenece?
que tendrán que buscar 
la ofrenda en otro lado.
¿Con qué cara llamarlos  
cuando ya no encuentren 
el camino de flores?
Que nunca más
las cruces de cempoalxóchitl
contarán sus historias.
¿Dónde conversar con ellos ?
¿bajo qué árbol ?
si ya este corazón está desierto.
¿Cómo explicarles que
lejos de llamarnos a la fiesta,
hoy las campanas nos llaman
a defender lo que nos queda?
¿Qué flores vendrán a su cuerpo ?
¿qué incienso, qué velas
alumbrarán su camino?
¿Dónde como las flores
brotarán cuando yo los llame?
si la avaricia es un gusano
que hoy engulle el cordón umbilical.

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