No es un sueño / Adriana Oliva

      CATEGORÍA: LUVINA JOVEN / CUENTO

Finalista 

      No es un sueño / Adriana Xilomen Oliva Castañeda
      Escuela Vocacional

Lucia, levántate- dice con voz calmada.
      ¡Ya despierta Lucia¡ – ahora me grita
      ¡¡¡Lucy!!!- no comprendo nada, se supone estoy dormida o probablemente estoy despierta, abro los ojos, volteo a mi derecha y todos están dormidos, comprendo que he soñado con aquellos que me guían en la vida despertándome ¿para qué me querrán despertar? Quién sabe, me da pereza pensar en ello.
      Me levanto, pues sé bien que no podré dormir de nuevo, reviso el reloj y parece que mi mente trabajó de más pues falta media hora para que suene mi alarma. Camino con pereza hacia la cocina, probablemente siga soñando y de ser así prefiero no despertar, enciendo la luz y con eso me convenzo de que ya he despertado, me siento demasiado cansada y con sueño decido lavarme la cara para despertar mejor. Desayuno y enciendo el celular para ver los mensajes, un mensaje de Alejo dice “llegaré antes tengo que contarte algo” ¡Qué suerte ha tenido! Justo hoy he madrugado de más. Me arreglo y voy a la escuela.
      Siempre veo a mi amigo en las jardineras pero el haber despertado tan temprano me tenía de mal humor así que me voy a mi salón, y justo cuando creo que ya me libré de él lo encuentro sentado en mi lugar –Buenos días, bella dama- me dice mientras se levanta para abrazarme –No tienen nada de buenos- digo mientras respondo a su abrazo –vamos, mula, no seas mula- prefiero no responder -¿qué me tienes que contar?- me puse a pensar que necesito un café – te invito el café, mula, se ve que lo necesitas- me dice de buen humor, de hecho es demasiado buen humor para mí algo aquí está mal –vamos- digo al final accediendo a lo que sea que vaya a pasar.
      Comienzo a tomar mi café – La última vez que se cepilló los dientes fue esa misma mañana, hace tres horas y cuarenta y cinco minutos, aunque tuvo que hacerlo rápido y mal porque afuera del edificio ya sonaba el claxon de la camioneta de redilas en la que viajaba ahora. -me confunde – ¿a que te refieres con eso? -pues verás mi querida compañera… he leído un texto parecido y tu cara, tu humor y…- sonríe- tu aliento me dicen que tengo toda la razón- me sonríe como si el decir eso sea un logro – veras, mi nada varonil amigo desconocido, no duermo bien, no recuerdo que hice anoche, no me cepille los dientes por venir a verte y me siento de un muy mal humor por el sueño que he tenido- tomo un trago de café- me ve con cara de interés –sabías, últimamente he estado investigando mucho acerca de la muerte- lo quiero interrumpir pero algo en sus palabras me atrae –y bueno según algunos estudios las personas pasan por estrés antes de morir y eso les hace que el cerebro siga funcionando. Quién sabe qué pensarán – me pregunto qué tiene que ver esto conmigo- no entiendo a qué viene este comentario tuyo- me ve con un interés extraño, no de amigo, pero tampoco con el interés de alguien que te quiere- los recuerdos, el pensamiento o el raciocinio mueren en los primeros 10 a 20 segundos tras la muerte- me levanto lentamente, termino mi café- sigo sin comprenderte mi desconocido amigo, será mejor que me vaya a casa- tomo mis cosas- ¿no irás a tus clases?- me parece muy absurda su pregunta pero en este día todo comienza a ser absurdo- no- respondo y me voy.
      Llego a casa y veo a Diana – ¿aún no recuerdas nada? – me dice temerosa – ¿a qué te refieres? – me pone una cara como si fuera la cosa más obvia del mundo- nada, de anoche, lindura- la miro dudosa- pues no, pero cómo sabes eso- se sienta- ¿No recuerdas la camioneta de anoche? –me mira con lastima, no respondo- hoy me encontré con Alejo y me dijo un dato curioso dijo “los recuerdos, el pensamiento o el raciocinio mueren en los primeros 10 a 20 segundos tras la muerte” considero que debes pensar en ello más- noto que Diana se desespera, se levanta de su asiento y se marcha.
      Abro la puerta y llego con mamá- Lucia me has preocupado- me mira enojada- no entiendo tus preocupaciones madre- hoy leí que generalmente puedes soñar con sucesos pasados y te he soñado- ni a mi madre logro comprender- ¿y eso que tiene que ver con tus preocupaciones? – nada en particular, es solo que pensé que no se puede distinguir la realidad de la fantasía y los hechos hablan- comienzo a molestarme- pero ¿Por qué lo dices? – bien hija te ayudaré a meditar un poco ¿Qué hiciste ayer antes de dormir? – lo cierto es que su pregunta si me ayuda un poco- pues salí de una cafetería- se desespera- y ¿¡solo eso!?- pues es lo que recuerdo- me voy enojada.
      Estoy en el parque y veo a un sujeto de cara familiar sentado en una banca –hola- me saluda- quería disculparme un poco por lo de ayer- lo miro desconcertada- ¿te conozco? – me ve algo aliviado- podría decirse que sí, bueno, este, ¿sabías que según algunos estudios antes de morir llegas a recordar a todas las personas que hayas visto justo antes del momento de morir? – comienzo a comprender a todo- entonces ¿tú eres el que iba en la camioneta? ¡A ti te vi! Salía de la cafetería cuando paso tu camioneta y… – se marcha- eras tú, ¿verdad? ¡verdad! –ya no lo veo, ese es el último recuerdo.
      Entro a un departamento y veo a una chica – oh, vaya sí que eres lenta- le sonrió- bueno si lo soy, pero ¿Por qué 20 segundos me parecen una eternidad? – mira la pared- verás, todo es una respuesta cerebral a lo que te ha pasado, ya estás consciente de lo que sucedió- oye… a ti te veo seguido en la escuela- voltea a verme y dice- ¿sabes? 250 bebés nacen por minuto, 646,598 personas están teniendo relaciones sexuales en este momento y 108 personas han muerto este momento- nunca creí que morir sería tan informativo- y yo pasaré a formar parte de esas 108 personas que mueren por minuto- se marcha la chica. Prefiero no meditar más sobre mi vida, mi familia, mis amigos o el amor, solo me alegro.

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