Lançeros / Raquel Lanseros

Qué habría sentido yo

hija de mil cañadas

heredera de albéitares y herreros

del sudor abatido de los hombres a pie

      que surcan en campaña cualquier tierra

              en el nombre de un dios de quien nada

[pretenden.

         

Siempre es así. La sangre frágil de los desposeídos

viene a saldar la deuda

         de la eterna codicia de unos pocos.

 

Sí, mis antepasados estuvieron en Flandes

aferrando los dedos a sus lanças de palo.

¿Para qué? ¿Para quién?

Cachorros extirpados de sus pueblos

por la pobreza seca

            siempre tan aliada

                     de las guerras ajenas.

Acechaban las aguas donde el cruel septentrión

castigaba sus huesos.

Ellos pierden la vida. Otros ganan el oro.

Qué habría sentido yo.

 

 

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