La excepción / Dolores Garnica

No es un lugar común, aunque la realidad sí lo sea. Para los que viven «de la Calzada para allá», en Guadalajara, el Barrio de Analco es un sitio peligroso y «curioso», pero nunca bonito. Frente a uno de sus templos venden hot-cakes de esos de kermés, embarrados de cajeta casera,
y en una de sus esquinas las flautas repletas de crema, queso y salsa verde son las reinas. A media cuadra hay una casa blanca, grande y sin letrero, frente a un colegio, y los de las tortas y los hot-cakes no tienen ni idea de por qué de vez en cuando muchos «fresas» llegan a cenar; menos de que esa casa blanca es una galería de arte desde hace cinco años: Sector Reforma.
    Y escribir «galería» es mucho (¿o poco?). Sector Reforma es un espacio de exposiciones, no el negocio que convencionalmente indica el término.
Es una casa blanca que rentan los artistas visuales Alejandro Fournier (1977), Javier Cárdenas Tavizón (1976) y Santino Escatel (1976) para trabajar y para exponer, normalmente cada mes y medio, sólo arte actual. Sector Reforma se ubica justo en medio del Barrio de Analco, es la única galería del lugar, y no surgió pensando
en atraer a la señora de los hot-cakes al arte, sino más bien para llevar a los espectadores de lo contemporáneo a uno de los barrios más tradicionales de Guadalajara. Es un trío de artistas jóvenes, independientes
y de sangre alternativa que han construido, poco a poco, una nueva opción para los amantes de las artes visuales fuera de lo conveniente, lo político y lo mafioso. Es el espacio que todos ven con algo de recelo por su novedad, pero también porque no le debe nada a nadie, y porque trabajando así ya logró 32 exposiciones de más de 150 artistas nacionales e internacionales: «Gozamos de la libertad de la independencia», declara el trío.
Y la frase está lejos del eslogan y de la respuesta complaciente a la prensa.

El registro
En julio de 2003, Rocío Becerra, Alfonso Hernández, Alejandro Fournier, Javier Cárdenas Tavizón y Santino Escatel encontraron una casa en Analco, perfecta para instalar talleres de arquitectura y arte. En septiembre de ese año se abrió Inauguración, una colectiva que reunía obra de Fournier, Hernández y Cárdenas Tavizón, además de Ana Paula González, David Agredano, Mauricio Cárdenas y Mónica Leyva, al ritmo de la banda de rock local Secretariat Singapur. Pocos de los artistas mencionados se conocían. No existían ni para el Ex Convento del Carmen, administrado por la Secretaría de Cultura de Jalisco, ni para la Oficina de Proyectos de
Arte (OPA), los polos opuestos y en constante pugna por lo contemporáneo en Guadalajara. Todos eran (y son) jóvenes que no encontraban una oportunidad libre e independiente para exponer, y que desde Sector Reforma, una galería diferente en un lugar diferente y con propósitos y objetivos diferentes, pudieron concretar en los muros blancos del lugar, sin iluminación y bajo la curaduría de los cinco fundadores, una primera expresión que comenzó a tomar forma cada mes o cada dos meses. El número de visitantes crecía, así que se organizó un horario por las tardes.
    En noviembre de 2004, Alfonso Hernández y Rocío Becerra dejaron Sector Reforma por compromisos laborales, y así se formó la primera coordinación formal del espacio entre Fournier, Cárdenas y Santino, con la inclusión de curadores como punto central en cada proyecto de exposición. «Aquí lo importante es la colaboración por proyecto, lo que nos permite invitar a artistas de otros lados», explican, así que Olga Gutiérrez, René Hayashi, Paula Silva, Salvador V. Ricalde, Patrick Charpenel, Yolanda M. Roa o Guillermo Santamarina son sólo algunos nombres que ya organizaron muestras. Con el tiempo, incluso Santino Escatel ha curado exposiciones fuera del espacio.     Sector Reforma no es un proyecto encerrado en un barrio, es flexible y hasta chicloso: ya viajó, por ejemplo, al Museo de Arte de Zapopan, al Museo Raúl Anguiano, al Museo de la Ciudad y hasta al resto de Guadalajara (en Semana Santa de este año intervinieron la pieza de Mathias Goeritz en las avenidas Inglaterra y Arcos), a Guanajuato, a Baja California, y está por inaugurarse Ghost & Goblins en el Museo El Eco, en la Ciudad de México. La venta no fue su medio de subsistencia, más bien la renta de espacios como habitación, despachos o talleres hasta hace pocos meses, cuando idearon emprender el comercio de arte por internet, pero sin exclusividades.
Sector Reforma comenzó con colectivas sobre los muros, tímido y algo inseguro. «Exponiéndonos a nosotros», y a artistas jóvenes como ellos: Renata Trejo, Édgar Cobián, Cecilia Hurtado, David Corona, Rodrigo Cortés, Alejandro Ramírez Lovering o Iván Puig, creadores que poco a poco han formado una generación, digamos, de postguerra estética tapatía, y quienes normalmente buscan espacios sin intentar pertenecer a un grupo determinado, más bien aprovechando la extensión de la ciudad. La labor de Sector Reforma, en esta nueva generación del «grupo sin grupo», unido sólo por edades y preferencias por el arte actual, es de difusión, espacio y registro: es el centro donde su obra se reúne de vez en cuando, y también el que consigna la evolución de su trabajo aunque ya residan en otros lugares —como Hurtado o Puig, que viven en la Ciudad de México—, e incluso el que otorga esa esencia de «institucionalidad» y así  valida, después de cinco años y ya con reconocimiento de artistas, curadores, críticos y museógrafos consumados, sus expresiones de arte visual.
    Fournier, Cárdenas y Escatel van archivando lo que pasa, conscientes de la importancia de crear historia, y en esto también son excepción. Normalmente graban, fotografían e incluso escriben lo ocurrido en Sector Reforma, y cada determinado tiempo, como un corte de caja, evalúan los resultados. Para su quinto aniversario, en septiembre de 2008, auspiciados por una beca de coinversión del FONCA, preparan un libro-catálogo con la historia del lugar, que espera salir a principios de 2009.
    Sector Reforma ya tomó forma y espacio. Es un punto en un barrio tradicional que funciona como difusor del arte emergente en Guadalajara, pero también, y para los tres coordinadores, significa una escuela autocreada para el aprendizaje. «Es un lugar libre y fresco donde estamos en contacto con el arte, con lo que pasa en otros lados», explican. Entonces, la «galería» es un perfecto escaparate para el trío que lo coordina. Fournier, Cárdenas y Escatel exponen cada vez más, fuera de su espacio en individual o en colectivo, y mientras tanto suben las ventas de hot-cakes frente al templo de San José de Analco cada que Sector Reforma inaugura.

Lo de hoy
Por estas fechas se podrá observar, vía Sector Reforma:

* Casa en el árbol: desde hace años, un vagabundo regordete y de ojos claros reside en el ancho camellón de Avenida Chapultepec, en Guadalajara. Pensando
en esto, Fournier, Cárdenas Tavizón, Escatel
y René Hayashi presentan una instalación-intervención, una casa creada con materiales orgánicos, arriba de un árbol, para que el vagabundo, ya un personaje cotidiano, resida más cómodamente y sin cambiar de domicilio. En el Paseo Chapultepec: Av. Chapultepec y López Cotilla, junio y julio de 2008.

* 21 clásicos en 1: el artista audiovisual Israel M (fundador de Abolipop), integrará en una especie de popurrí 21 canciones clásicas mexicanas en una sola. Es una pieza sonora y efímera que se acompañará de caballitos de tequila para todos los espectadores. Sector Reforma: Guadalupe Victoria 398, Analco, en junio.

* Ghost & Goblins: La presentación en «sociedad capitalina» de Sector Reforma, que, siguiendo la «arquitectura emocional» con la que Mathias Goeritz creó la escultura-museo de Eco, interviene y muestra los resultados y el registro, en fotografía, video y dibujo, de la intervención en Semana Santa a la escultura urbana tapatía «El Pájaro Amarillo», cuando la taparon con un manto morado. Museo El Eco: Sullivan 43, Ciudad de México, en junio.

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