En los balnearios / Luis Medina Gutiérrez

    ¿No fuimos acaso
    peces del aire y del humo?  
    ¿una doble luz
    en la aleta del manantial?

    Fuimos ramas de un manglar
    delfines
    en el agua encadenada a la pared
    mantarrayas
    en  la joroba de una fuente termal
    y el axolote
    en el espejo de la piedra

    Fuimos tú y yo
    el brazo rojo de la tarde

    Yo te miraba nadar
    y volabas sobre un cielo
    que alguien abandonó en ese gran hoyo de azulejos
    «algún cazador de nubes» (me dijiste)

    Recuerda a la muchacha que atendiste
    en los baños de Agua Caliente:
    se desangraba por un aborto

    Te buscaba por todos los ojos de agua
    te extrañaba en la piscina de lluvia
    donde los niños eran pequeñas nubes
    y de sus caras caían dientes de ternura

    Te abalanzabas sobre el nadador cansado
    y lo arrastrabas a la orilla

    Esas tardes luminosas y nubladas de verano
    sacudías de sudor y frescura tu traje de baño Arena
    te juntabas conmigo bajo el chorro de agua
    partíamos con nuestra lista de heridos y rescates
    abrazados
    tundidos a besos
    camino a la ciudad

    En los balnearios del bosque    
    nos gustaba oír cómo el trueno
    golpeaba los cántaros del arco iris
    El cielo cruzaba sus piernas blancas
    ¿Te acuerdas de los pies
    del relámpago?

    El salvavidas con su silbato
    perforaba las orejas del aire
    ordenaba a los bañistas salir del agua

    Llovía
    y nuestros cuerpos sobre los pinos húmedos
    se hundían en el respiro complaciente
    de la montaña
    Verde
    como el color de Dios

 

 

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