Nuevo Génesis / Mara Angélica Gutiérrez

Guadalajara, Jalisco

No existe alguna asignación mística del amante perfecto, en el que uno embone con otro a la perfección recordando el lugar primero de la carne. Lo cierto es que en la primacía del amor nacimos de entrañas, destrozando vísceras, triturando el corazón entre los dedos.
Eva salió completa de Adán, rasgando desde las costillas con furia pasional, y la posesión de uno en el otro se dio con amor, más allá de una pequeña muerte. Se limpió la sangre y maquilló su boca.
El amor es perfecto en la ternura del nacimiento, después se entrega a la seguridad de la locura.
De vez en cuando Eva se come una manzana y reinventa la historia prometeica, se enciende, se vuelve llama.
La población de la tierra se dejará para otro día.

 

 

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