Ella se lamentaba / Simone Forti

Con un agradecimiento a la poeta Andrea Gibson y al Jefe Seattle

 

Se lamentaba de lo que quizás yo puedo olvidar pero no quienes gimen a través de ella. Ni de día, ni de noche. Mientras conduzco por Olympic, oigo a la poeta en el radio del coche transmitiendo la energía del profundo dolor de madres, de hombres y de lo que han visto, hecho. Su urgencia, como si enfrentara un cuerpo que la ataca en la calle, en la noche, y se viera envuelta en una lucha desesperada. Cuando ella, la poeta, acabó, tuve que inhalar y exhalar rápido, sacudirme la impresión, controlarme para doblar a la izquierda, poner mis ojos en el tráfico y vislumbrar la luz ámbar, hundir el pie en el acelerador y recorrer la amplia curva que desemboca casi en la 26 Norte-Sur.
     Por la noche uní mis manos en un típico acto de oración no racional, sintiendo precisamente esa carencia, y como un cubo de azúcar que se chupa el café dejé que imágenes de lo que había oído acerca de la guerra civil entre los ríos permearan en mí. ¿Con qué fin? La inexpresable afectación del espacio en mi habitación, alfombra blanca bajo mis pies. Beso mis pulgares, las tablas de los mandamientos como Madre me enseñó, sentada a la orilla de la cama y enfrentando la noche, preguntándome a dónde me llevarían mis sueños, perdiendo el control. Los sueños saltan de escena a escena. Estoy en una bicicleta. Luego es un caballo blanco que para morir yace. La bicicleta olvidada.
     Desperté de la anestesia, chillando, repitiendo «Me volví en mi contra». ¿Cómo salí con estas palabras?, les he estado diciendo mientras sigo abajo. Terreno de conciencia. ¿Quién era? Un anciano tribal, que dijo que sus espíritus siempre estarían aquí para espantarnos. En nuestras carreteras, en nuestras cocinas. Mientras lleno mi vaso de agua y camino del fregadero a la mesa de noche, ¿quién me observa? Anestesiado de partes del terreno de lo que es. ¿Qué es? Momentos de credulidad, que todo está bien. Terra ferma, el sólido punto de referencia. Materia oscura en el universo en expansión. ¿Cómo es que los muertos ven cosas? ¿Cómo es que las tortugas ven cosas? ¿El cuclillo que deja su huevo en el nido de alguien más? ¿Es verdaderamente cada nación la que fue en su momento de mayor expansión? Si es así, los vecinos se traslapan. ¿California es México? Anestesia, la amnesia del presente. Mi amnesia de tu dolor. La poeta me despierta y estoy chillando. Así. Flores. Fragancia. Color. El Flora Sutra. Las simetrías milagrosas. Pequeños sistemas raíz y morusas de tierra, seca, o húmeda. A veces siento que no necesito sentir el dolor de aquellos que sienten dolor. Cuando llegue mi turno; entonces sentiré dolor. Pero ahora, oyendo a la poeta que se lamenta, siento. No se trata de qué es lo bueno de eso. Es algo que es. Como el relámpago. Sí, en gran medida como el relámpago, que se eleva desde la tierra para conectarse con la tensión en el aire que se encuentra encima de ella.
    

     Traducción de Luis Alberto Pérez Amezcua
 
 
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