Stanley Spencer * —¿Están bailando? —No, son fantasmas. * —¿Y eso negro en las alas, como ojos de pavo real? —Son trocitos de muerte. * —Y ese ramo de estrellas, ¿mata? —No, sólo quema y asfixia. * —¿Y el gigante que implora con la mirada, dulce, hacia el cielo? —Es Barba Azul. * —Mira esas sillas, de respaldares huecos. —Sillas no son. Son espejos para que no te mires para que no te veas * —Estamos bajo tierra —dijo —¿Y los palitos esos? —Son como gente cuando vivían. * —Mira esa nena, bañada en sangre. —Déjala, habrá pecado. * —¡Qué bellas flores! Parecen nenas desangradas la noche de su boda. * —¿Y esas caritas dolientes, con las manitos alzadas al cielo? —Son los hipócritas. * —Esos son los abuelos, ¿no ves? La nena lo está acusando y él se hace el idiota, el mansito, pollerudo, detrás de los dos viejos. Y la madre ahí, desafiante, dando la cara por él. La madre es rubia, ¿ves? Hasta que le dé la primera piña y otra y otra dará la cara por él. Hasta que la desfigure y la deje sin ojos ni dientes ni hueso sano, hasta que no tenga más cara dará la cara por él. Las madres de los chicos son siempre así ¿viste? Siempre rubias. Henry Darger —Mira si no son bellas sus nenas si hasta amapolas parecen con esas faldas al viento en ronda ríe que te ríe danza que te danza —Bellas con sus pititos negros, renegros laxos y las cabezas colgando como murciélagos. José Gutiérrez Solana ¡He visto tantos payasos ! payasos acordeonistas payasos clarinetistas payasos carapintadas He visto muchas niñas y muchas máscaras de la muerte un sinnúmero de vírgenes vi y encapuchados cargando pesadas cruces flagelándose Hoy he visto la resurrección de los muertos O quizás fuera la resurrección de los vivos muertos a manos de otros vivos más elegantes más finos
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