Poemas / Leeladhar Jaguri

Una carta del interior

Por favor no guardes nada adentro de esta carta
Ni tus ideas ni tus recuerdos
Por favor no guardes nada adentro de esta carta
Ninguna huella de tus relaciones
Dolores ni quejas
Ni la promesa de la siguiente reunión
Ni desvaríos domésticos
Ni tu firma
O esta carta podría ser censurada
Por favor no guardes nada adentro de esta carta

Es porque aquellos que no tienen «hogar »
Los indefensos son los más sospechosos

En un lado del frente el nombre y la dirección de quien recibe
A la vuelta el nombre y la firma del remitente tienen que estar

La propia noticia desea seguridad
Por favor no guardes nada adentro de esta carta

El remitente sabe
Lo que no ha sido escrito
Por qué no ha sido escrito, el lector lo sabrá.

Él también descifrará el espacio en blanco
La letra única que se le adjudicaría a quien sea
Por favor no guardes nada adentro de esta carta:

Ni una palabra explosiva
Ni la noticia del parto;
Ni la noticia de una desaparición repentina
Ni la intención de divorciarse:
Por favor no guardes nada adentro de esta carta.

Toda la táctica, la misiva completa
Es la cara sin sangre del cartero
Que a diario recibe una estampilla
Y ni siquiera se la puede echar al buzón por la noche.

 

Una noticia

Con bastante frecuencia
Los terroristas se esconden en los campos de caña de azúcar a los lados del camino
Por eso los cultivos de caña de azúcar se queman.

Inmerso en pensamientos profundos, Ramdeen dijo…
La caña puede convertirse en caro piloncillo, azúcar cara
La caña puede estar infectada por insectos
Un tipo similar de dolencia son los terroristas que se esconden en los campos de caña.

Sulahdeen dijo…
No es de extrañar que la caña de azúcar sea mucho más terrible
Que el fantasma del árbol Peepal.

 

Matadeen dijo… el empleo nace de la caña de azúcar
Y el terrorista se esconde en cada empleo.

Ramdeen también replicó…
Pero si los terroristas igualan la cantidad de papas
Las balas de pólvora se dispararían desde las papas
Supongamos que se esconden en los cultivos de arhar
Que se esconden en los arrozales
Habría terroristas por todas partes en toda la región agrícola .
Son inflexibles y aumentan en tan grande cantidad
Que afectan a los vegetales como los insectos

Entonces, hermano Matadeen, ¿cuántas de nuestras cosas deberíamos quemar?

 

Canción de los deseos de una mujer anciana

Yo era casi una niña
Qué bueno era el aire.
Cuando salí de casa
El herrero me dio una hoz
Yo corté la hierba con ella.
La vaca me dijo: ¡toma leche!
La batí hasta hacer mantequilla
Encendí la lámpara con ella
Una polilla se acercó a la lámpara.
Aprendí lo que era arder.
El dolor que me produjo
Dio paso a las lágrimas
No moldeó nada con las lágrimas;
No le interesaban los ornamentos.
Las luciérnagas brillaban en la hierba y en las hojas.
En lo profundo de mí había un horno
Cuando entré en la casa
Las luciérnagas estaban encantadoras
Tanta noche se había reunido ahí adentro.

 

Versiones de Víctor Ortiz Partida, a partir de las versiones
del hindi al inglés de Jaiwanti Dimri.

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