Lo que cuelga / Ramón Hondal

 

Pasar bajo el lugar que cae. Pasar una y otra vez con la piedra sobre la cabeza. Pasar para allá, pasar para acá, y mientras lo que cae se viene abajo uno que no es vuelve a pasar.

Para allá, para acá.

Cae.
Toca el piso la piedra con la carne. Todo se mezcla. Sobresale el polvo que sube no la carne. Cada piedra que cae se convierte en polvo, cada pierna que se quedó arriba y cayó se perdió en el escombro.

Llega tarde.
No pasaba por debajo de lo que caía y puede ver, narrar.
Su pierna pisa la acera y mira al bulto de piedras que ocupan la calle. Allí, en ese bulto de piedras estuvo la pierna que se quedó sin piso, cayó y no pisará más.

Desde la altura la fachada ha sido tirada abajo luego.
Sólo queda un falso piso que no sostiene ningún paso. Un piso que lleva al aire en cuyo borde están los que pisaron alguna vez lo firme.

Allí está la cocina, la mesita aún tendida al borde, los platos en la meseta o puestos en la mesita, los cucharones colgados de la pared, los jarros. Todo intacto. Colgando. Tieso. Al aire. Sin pared.
Para sostenerse

A este ladrillo en el cuerpo hay que pulirlo
Este ladrillo brilla
Y sale de él un ojo que ve.

Éste está en un sitio, en una plaza
Cuelga sobre la cabeza de un policía que da palos
Este ladrillo es un ladrillo duro con un ojo
Y hay que pulirlo.

Este ladrillo no ve y se le talla
Tiene la forma de la cabeza de alguien
Al lado de esa cabeza otro
Y otro… y otro más… juntos…
Y el ladrillo brilla de pulirlo.

El pulir del disco es el pulir de este ladrillo oculto en algún órgano del                                                                                                 cuerpo.
Esto estaba en su sitio.

Un nuevo balcón contra el ladrillo
En una puerta cerrada
Dentro el blanco de su ojo
Y la cabeza del policía que reparte palos
Se fue abajo con el ladrillo
Un ladrillo que brilla y que se pela y se pule
Y deja su cáscara en la acera.

Pelamos el cuerpo ladrillo a ladrillo
Para dejar lo que estaba en su sitio.

A pesar de haber pelado éste
Se deja al aire una cocina
(La espumadera cuelga de la pared
Las cucharas se mecen en sus clavos
Los platos se escurren).

Así se pela su ojo hasta sacar brillo
Y la gente que recoge y se va
Deja al policía repartir palos sobre cabezas nuevas
Pero adonde vayan
Habrá palos
Y policía
Es el modo de pelar y pulir ladrillos.

Con un disco que gira y una aguja clavada
Todos pelan el ladrillo para dejar la cuchara colgando
Y esto está en su sitio.

Los platos se escurren en el aire
Al borde se fue un balcón
Se fue con los que se fueron
El balcón cayó en la acera
Y no le aplastó la cabeza al policía que da palos
Se revolcó con los que estaban en el balcón
Y así paga el ladrillo pulido
Cae encima y aplasta.

La comida se ve desde afuera
Allí se ve la mesa servida
El mantelito blanco puesto
Los jarros al lado de las espumaderas
Esperan que venga el ladrillo.

El brazo se estira y cae sobre el disco.

Viene una grúa y arranca una pared
De un zarpazo en la calle
Rueda el jarrito hasta los pies de alguien
Alguien que está pelando su propio ladrillo
Da una patada al jarrito
(El policía da palos en las cabezas)
Lanza el jarrito por los aires hasta los escombros.

La boca que se pegaba a este jarrito se fue
Con el balcón se fue
Y ahora tiene otro policía en una esquina
Con otro ladrillo que pelar y pulir en las manos
Y el jarrito terminó el castigo de ser colgado de una pared.

Y esto estaba en su sitio
Gira en el mismo punto el disco.

Este edificio cayó al suelo y fue pulido
El ladrillo no era
El que ponía la boca en el jarrito no era
Ese jarrito recibió una patada equivalente al palo policial
Ese, boca en jarrito, cambió de ladrillo
Y son ahora ras de polvo
El viento fluye donde antes combatía una pared.

Esto es ahora un hueco lleno de polvo
Ruina de ladrillos pulidos en el ojo
Todo para pulir ladrillos
Jarritos para nuevas bocas
Clavos en una pared.

Atravesar un ladrillo para sostener un jarrito
Una espumadera.

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