Y después / Sandra Mariela Zúñiga

Preparatoria 9 / 2013 B

Toda la familia se encontraba reunida organizando la mejor cena de navidad, ya que Felipe, el señor de la casa, de avanzada edad, tenía una enfermedad y los médicos sólo le daban unos cuantos días de vida.
            Todo fue como lo planearon, sin duda había sido la mejor navidad que don Felipe pudo esperar, incluso la de los últimos veinte años.
            Pasaron los días y la salud de don Felipe empeoraba. Su esposa, María, lo cuidaba día y noche sin despegarse de él.
            Una mañana, don Felipe amaneció sin vida… Toda la familia, triste por lo sucedido, decidió darle un entierro digno de admiración. Al segundo día del fallecimiento, don Felipe fue sepultado y su familia decidió acompañarlo hasta altas horas de la noche en el panteón. Doña María, aún secuestrada por el dolor de la pérdida, decidió no irse del lugar cuando todos lo hicieron. Pasó toda la noche al lado del sepulcro de su esposo. Y a pesar de que sus familiares no estaban de acuerdo, éstos respetaron la decisión de doña María y la dejaron pasar toda la noche en el panteón.
            Al día siguiente por la mañana, sus hijos fueron en busca de su madre. Ellos no pudieron encontrarla en ningún lugar del panteón, ni los encargados de éste sabían de ella desde la noche anterior. Pasaron las horas y aún no se sabía nada de su paradero.  Antes de llamar a las autoridades, decidieron contratar a investigadores y así poder encontrar a su madre. Asustados y con esperanzas de encontrarla, esperaron los hallazgos de los investigadores. Ellos hicieron su trabajo y a las pocas horas dieron noticias sobre lo que encontraron.
            Los familiares avisaron a los cuidadores del lugar para que la tumba de su padre fuera abierta.
Nadie podía creer lo que vieron al abrir el féretro.

 

 

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