El pan de cada día / Juan Carlos López Martínez

Preparatoria 12 / 2012A

-Los declaro marido y mujer.

Así se casó El Chechereques con María Prudencia de Castillo, en una boda no muy lujosa en la capilla de la basílica. María Prudencia de Castillo siempre había soñado con el día de su boda, quién diría que a su marido, o “mariado”, lo encontraría vendiendo verdolagas en la esquina de Felipe Ángeles una tarde de Cuaresma, cuando Dios sabe por qué no se puede comer carne.

-Pásele, pásele, lleve su verdolaga fresca. Damita, ¿cuánto quiere?
María Prudencia de Castillo, que era fea como una patada en los huevos, sintió amor a primera vista. El Chechereques sintió una urgencia por jalarle el pescuezo al pollo pero… basta de vulgaridades, vamos al grano.

María Prudencia de Castillo le compró sus verdolagas y aprovechó para soltarle una que otra mirada pizpireta o un roce cachondo. "Vaya caliente", pensó El Chechereques y la invitó a salir por una nieve y un refresco en bolsita. Pero cuando llegaron a la esquina de la colonia, El Perro, miembro de la banda rival del Chechereques y enamorado ferviente de María Prudencia, se le dejó ir.

– ¡Ora, puto! -era lo único que se escuchaba entre tanta trifulca.
-¡Se van a matar! -gritó María Prudencia de Castillo, y se dieron en su madre.

El Chechereques fue a parar a la Cruz Roja, y entre suero y jeringas le propuso matrimonio a María Prudencia de Castillo, y ella, haciendo caso omiso de su nombre, dijo que sí.

La boda fue en agosto. El padre de María Prudencia de Castillo (que tocaba en el grupo Ronco) consiguió que el bodorrio saliera en el encabezado del periódico Metro; lo que nunca se imaginó es que se publicaría el siguiente encabezado:
"Asesinan a extecladista del grupo Bronco", seguido de su foto de un hombre con los sesos de fuera. "Muere en la boda de su hija, víctima de la banda de El Perro de la Felipe Ángeles (…) Todos los invitados resultaron heridos. El novio fue encarcelado en Puente Grande. El caso sigue abierto”, rezaba la nota periodística trágica.

Lo que no contaron los diarios fue que María Prudencia de Castillo también fue arrestada por golpear a un policía en la cabeza con una botella de Tonayan.

Pero en la vida de María Prudencia y del Chechereques hay una luz esperanzadora cada día, pues todos los domingos se ven a través de una de las ventanillas del penal de Puente Grande, Jalisco.

 

 

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