Niño cloroformo / José Luis Enríquez Hernández

Taller Luvinaria-CUCBA

Pueden destaparme, pueden olerme, quietecito (quistecito) yo estaré observando.
Recorrerán mil veces mi cuerpo pero no podrán entenderlo.
Postrado en control de mi sangre, errado en control de mi mente, ¿y lo que pensaré de ti?

Tú puedes intoxicarme e igual enconar un módico acento para hacerte entender, pero sólo lograrás que me enorgullezca aún más de aquel humor tan esporádico. Siempre olvidar y descansar al final de un día. Piensen, internos de la gran farsa, en su intolerancia, concebida en puntos críticos para los malhumorados. ¿Listos con sus malhaya? Ahora inhalen, inhalen, inhalen y exhalen, paren inmundos en la sien del cloroformo. ¿Quieren jugar conmigo?

 

 

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