Lamentos de un dormido / Juan Carlos López Martínez

Preparatoria 12

Corriendo, solo corriendo
así me paso la vida
entre prisa y prisa
entre paso y paso
corriendo.
Huyendo de la realidad
de mi propio destino
huyendo, como huye el viento, despacito y silencioso
sin ganas de ser buscado, huyendo.
Qué triste que tenga que huir de ti, mi bien querido
qué triste me encuentro ahora
solo, sin compañía, en mis recuerdos.

Desde que eso pasó, desde aquel maldito día
en que mi vida dio un cambio radical,
desde aquel cataclismo infernal que se llevó lo que más quería
 sólo quiero desaparecer.
Maldigo la vida y a todos en ella
¿qué acaso nadie ve mi sufrir?
Nadie ve nada aquí
sólo ven lo que quieren ver, nada más.
Me ven y sé lo que piensan: -Pobrecito
-dicen sin quitarme los ojos de encima.
Pero yo sé bien qué sienten.
Me ven y solo ven su suerte de no quedar como yo:
solo, sin nadie, sin libertad ni movimiento,
aquí en este cuarto de locos en el que fui a caer
lleno de mentes idas.
Sigo aquí pero sin estar
realmente sigo sólo en mente
pues desde hace mucho que mi cuerpo no responde,
por eso huyo, huyo en silencio,
en mi mente,
en mis recuerdos

 

 

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