Callejón sin salida / Brenda Enciso

Preparatoria de Tonalá

Un día, estaba en un bar y me di cuenta de que dos hombres me miraban fijamente. Conforme pasaban los minutos, poco a poco empecé a sentir miedo, así que decidí salir del lugar. Para mi sorpresa, después de haber recorrido un par de calles, volteé hacia atrás y vi a los hombres tras de mí; no sabía qué hacer, si correr o simplemente seguir caminando como si no pasara nada, pero el miedo me ganó y mis piernas empezaron a moverse con rapidez, ya estaba corriendo. Volteé de nuevo hacia atrás, sólo para descubrir que ellos también corrían. Entonces entendí que venían por mí, así que comencé a correr con todas mis fuerzas, con la idea de ponerme a salvo, pues ellos ya estaban muy cerca y podían atacarme en cualquier momento. Pero la suerte no estaba de mi lado, al intentar perderlos llegué a un callejón sin salida.
Supe que  no había nada que hacer y el  miedo se transformó en terror, así que giré para quedar frente a ellos, que ya estaban ahí. Vi en su rostro el reflejo de la felicidad, entonces les pregunté:
-¿Qué me van hacer? -Ellos solo se rieron y uno dijo:
-¿No es obvio lo que te vamos hacer?
Yo quedé estupefacto, con un nudo en la garganta, presentía que mi fin ya estaba cerca. Ellos se me acercaron sigilosamente y lo único que hice fue quedarme quieto y hacerme a la idea de que faltaba poco para mi muerte. Me dijeron:
-¡Weyy, no manches!, ¿qué no recuerdas que hoy era tu despedida de soltero? Por qué huiste de nosotros, tus mejores amigos.
Al escuchar sus palabras me quedé atónito, pensando que era verdad, ellos estarían en ese bar para llevarme a mi despedida de soltero, pero su vestimenta me había impidió reconocerlos.

 

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