Liberales, conservadores y una ballena / Alfredo Sánchez

Vicente Quirarte es un autor cuya extensa bibliografía muestra una notable diversidad de intereses: el teatro, el ensayo, la poesía y la narrativa. Además, ha trabajado en instituciones como la Biblioteca de México y el Instituto de Investigaciones Filológicas de la unam, y desde el año 2003 es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

     Su libro más reciente, publicado por Seix Barral, es una novela que, desde la ficción, retoma un tema histórico: Juárez anda a bordo de su carroza convertida en ambulante palacio presidencial y al mismo tiempo se establece un club liberal en Nueva York para luchar desde el exterior contra el Imperio de Maximiliano. La lucha entre liberales y conservadores es el telón de fondo de esta historia donde Margarita Maza tiene un papel relevante.

     La isla tiene forma de ballena es el nombre de esta novela singular de Vicente Quirarte, que arranca con una nada casual dedicatoria a Fernando del Paso…
Se la dediqué por una razón muy obvia: cualquiera que intente una investigación o una obra de ficción sobre el Segundo Imperio tiene la obligación de reconocer el talento indiscutible de Fernando del Paso. Recordemos que hace un tiempo se hizo un concurso para determinar cuál era la novela para llevar a la isla desierta, y ganó Noticias del Imperio, una obra a la que yo vuelvo con renovado asombro y gratitud.
     Además, el periodo de la Intervención Francesa y el Imperio impuesto de Maximiliano en México me resultan particularmente entrañables, como lo eran para mi padre, Martín Quirarte. Una forma de continuar con todas sus exploraciones fue hacer esta novela.
     Hace tiempo hice un libro de ensayo titulado Republicanos en otro imperio, sobre los mexicanos que vivieron en el Nueva York del siglo xix, pero me quedó tanto material, y tantas palabras en el tintero, que decidí incluirlas en un trabajo de ficción que tuviera investigación detrás, pero también este sentido de enigma y este misterio que nos enseña la novela policiaca.

Tu dedicatoria a Fernando del Paso coincide, además, con el Premio Cervantes que le fue concedido…
     Creo que es un premio agradecido por todos los lectores de Fernando del Paso. Me acuerdo de que, cuando recibí la noticia, brinqué en la computadora, porque siento que es un premio para todos sus lectores y para el idioma español. Siempre he dicho, y sin hipérboles, que el escritor más importante en lengua española se llama Fernando del Paso. Y por otra parte es un premio unánime, sin opiniones en contra.

La isla tiene forma de ballena es una historia que tiene que ver con la pugna entre liberales y conservadores en México durante el Segundo Imperio, y sobre ese peculiar episodio relacionado con la participación, desde Nueva York, de algunos pensadores importantes que luchan contra la intervención francesa.
     Sí, Juárez organiza a unas treinta personas para hacer frente al ejército de ocupación, pues decide que la parte civil puede ser muy útil en Estados Unidos y en particular en Nueva York. En Washington ya tenía a los oaxaqueños Matías Romero e Ignacio Mariscal. En Nueva York se instala el Club Liberal Mexicano de Nueva York, que hace una labor de convencimiento entre la población. Por eso es tan importante el discurso que el 15 de julio de 1865 pronuncia Francisco Zarco en ese centro tan demócrata, tan defensor de las causas del mundo avanzado, como lo es la Universidad de Cooper Union. Fue ahí en donde Abraham Lincoln obtuvo la nominación para la presidencia; se convirtió después en un centro de avanzada en donde tuvieron lugar las primeras reuniones feministas y, por supuesto, en donde se reunían los liberales mexicanos que querían convencer al público norteamericano, no solamente de la verdad de su causa, sino también del peligro que representaba para toda América —y para Estados Unidos, por supuesto—, la instalación de un imperio de ultramar en México.
     Es poco lo que se sabe de la labor de todos estos mexicanos y por eso me pareció que era un terreno fértil para la novela. Saber qué hacían cotidianamente en su vida un militar como Manuel Balbontín —coronel que participó en la guerra contra Estados Unidos—, Francisco Zarco, José Rivera y Río. Su enfrentamiento con el frío, con una ciudad que no conocían, con un idioma que no era el suyo pero que dominaban.

El título de la novela nos revela de alguna manera la presencia de Herman Melville. Háblame más de ello y de por qué la elección de la ballena.
Melville aparece fugazmente porque en ese entonces vivía en Nueva York, ignorado, olvidado. También hay un personaje ficticio llamado Zeus Arrieta, michoacano que anduvo en un barco ballenero y que tiene su casa en las afueras de Nueva York. Es como un homenaje al barco Pequod que aparece en Moby Dick, y también una manera de rendirle homenaje al gran animal que tanto admiro. Siempre me ha parecido que la isla de Manhattan tiene esa forma oblonga semejante a la ballena espermaceti, y por eso pensé que ése iba a ser el título. Y además me encantó que en la portada aparezca una ballena llevando en su lomo las cartas de Margarita Maza, que es uno de los hilos conductores de la novela.

Ya que comenzaste a hablar de las cartas de Margarita Maza, me gustaría que me hablaras de cómo está estructurada la novela.
     El epistolario apócrifo de Margarita Maza trata de señalar aspectos fundamentales de la vida de la República y de Nueva York a través de las experiencias inmediatas de Margarita, sus elementos emocionales. También el diario de Sebastián Casanueva es otro recurso que utilizo para hablar de sucesos históricos y ponerlos dentro del cuerpo de la ficción. La novela se desarrolla de manera lineal entre el invierno de 1864 y el regreso a México, que ocurre en julio-agosto de 1867, después del fusilamiento de Maximiliano en Querétaro. Todo se desarrolla en Nueva York, y trata de ser una historia de los liberales mexicanos en esa parte del mundo.

No es casual que te intereses por esa temática, pues desde hace mucho te interesa la historia cultural mexicana del siglo xix.
     Lo dices muy bien: a veces cierro los ojos y siento que estoy caminando por la Ciudad de México del siglo xix; y ahora también por Nueva York, que todavía conserva testimonios de aquel siglo. Por ejemplo, aquel fragmento de la calle Broadway que está entre Prince Street y Spring Street: está prácticamente igual que ahora. Hay también ciertas partes en el oeste de la isla, en Greenwich Village, donde las puertas siguen siendo del siglo xix.

¿Seguirás indagando sobre estos temas desde el territorio de la ficción?
Cuando terminé la novela pensé que era la primera y la última que escribía. Pero luego he pensado que el personaje del policía mexicano ficticio Arístides Bringas merecería otra novela que hable sobre el México de 1854, es decir, cuando él era un hombre diez años más joven. Creo que podría ser muy interesante trazar una parte de la historia de México desde ahí.

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